martes, 7 de enero de 2014

Actualidad: Descartes

En cuanto a la actualidad de Descartes podemos, partiendo del Discurso del Método, comentar los siguientes temas que se presentan en nuestra sociedad. Descartes fue el primero en conseguir la autonomía de la razón, además, ajena a las exigencias de la fe. La concepción iniciada por Descartes abrió el camino que desembocaría en los grandes proyectos de ciencia y tecnología.

Matematización y desarrollo científico e informático.

                La parte II del Discurso propone un método y un criterio de verdad heredero del matemático, con el que Descartes cree que todas las ciencias conseguirán éxitos. La matematización de lo científico y, por tanto, de lo real, es una característica que desde entonces ha impregnado casi todos los ámbitos de la cultura occidental europea y americana. El conocimiento de cómo son las cosas se consigue cuantificando y descubriendo la ley que expresa las relaciones entre esas cantidades. Los descubrimientos científicos (física, química, biología…) y todas las aplicaciones técnicas (ingeniería, medicina…) han sido tales que la fe en la religión ha sido sustituida por la fe en la ciencia. La salvación está en la ciencia. Por ello todos los gobiernos insisten en invertir en investigación científica.

                La informática es la última expresión de la actualidad del proyecto cartesiano. Tanto es así que se habla del “mundo digital”, de un mundo expresado únicamente con ceros y unos. Cuando estamos frente a un ordenador estamos frente a lo que Descartes calificaría de modelo perfecto de conocimiento: un marco absolutamente axiomatizado en el que a partir de unos primeros principios se deduce todo lo demás. En un ordenador no hay contradicciones, si el programa no funciona es porque está mal diseñado.

Autonomía de la razón, laicización y ciencias sociales y humanas.

                La matematización por sí sola no hubiera propiciado el desarrollo científico si Descartes no hubiera defendido a la vez la autonomía de la razón. Sólo una razón que se separa de cualquier creencia, una razón pura, es la que puede llegar a la verdad. Descartes se convierte así en la referencia básica del proceso de laicización. Una vez que la razón se ha separado de la fe y el mundo físico ha dejado de ser el fruto de la creación divina, la ciencia encuentra un nuevo campo en el que descubrir leyes sin que tengan que ser testadas por ninguna autoridad distinta de la propia experiencia. Desarrollo científico y laicización son, al menos en Europa, procesos paralelos, aunque esta lucha de la razón por separarse de la presión de la fe se sigue manteniendo (intento del creacionismo estadounidense por eliminar la enseñanza del evolucionismo en las escuelas, la crítica del Vaticano a la investigación genética…). Incluso las ciencias sociales y humanas no han podido evitar verse ligadas a la matematización.

                Pero la separación razón-fe no ha traído sólo el desarrollo, sino que ha contribuido a la aparición de posiciones ateas, y agnósticas. Aunque la razón, según Descartes, llega a la certeza de Dios, la modernidad ha perdido el optimismo racionalista: el hombre contemporáneo ya no cree en una razón tan poderosa para afirmar de modo claro y distinto la existencia o no de Dios. Es decir, el racionalismo optimista ha desembocado en un racionalismo agnóstico.


Autonomía de la razón e individualismo.

El Discurso del Método deja claro que el sujeto (“pensante”) es quien se impone como criterio de verdad. “Es verdad lo que mi criterio racional decide que es verdad”. Pocas afirmaciones tan contundentes se han hecho en la historia del pensamiento, afirmaciones, por otro lado, alejadas del relativismo. Descartes no defiende un subjetivismo relativista, sino racionalista. La razón es la misma en todos los hombres. Es ahí donde se encuentran las raíces del individualismo del que tanto se ha criticado a la sociedad moderna, y de la reivindicación de la igualdad de dignidad y derechos para todos los hombres.


La verdad y el genio maligno.

                Ideas como la sospecha de que nuestra realidad sea un mero sueño ha sido retomada por varias películas. El argumento de la indistinción entre sueño y vigilia se refleja en Abre los ojos, de Alejandro Amenábar. El director nos presenta el tormento del protagonista, incapaz de distinguir cuándo está viviendo y cuándo está soñando que vive. El argumento del genio maligno es actualizado en Matrix, que nos describe un mundo habitado por hombres que, creyendo conocer a través de sus sentidos un mundo sensible, realmente sólo son controlados por un sistema informático. Es decir, unos hombres a los que un genio maligno, interpretado como un inmenso ordenador, engaña, escondiendo la verdadera realidad.

El dualismo antropológico.

               Descartes establece un dualismo entre cuerpo y alma: ambas son independientes y pueden existir por sí solas; su unión tan solo puede inducir a error al alma (res cogitans) al ser limitada por la parte física (el cuerpo, la materia, la res extensa). 

Hoy en día, la ciencia y más en concreto la neurociencia han establecido que ambas son sólo una, y por tanto todo queda reducido a materia (cerebro + cuerpo). Si se daña el cerebro, ésto afectaría a nuestra parte física (visión, movimiento, etc.) 

Por otro lado, el cristianismo sí que defiende la existencia de un cuerpo independiente del alma, doctrina según la cual el alma es inmortal, y nuestra vida tan solo sería un camino para la salvación del alma.

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