sábado, 30 de noviembre de 2013

El valor del liderazgo eutópico

Desde una postura de una cierta ingenuidad conscientemente adoptada, necesitamos más líderes empresariales capaces de combinar los valores "utópicos" del sueño humanista de la persona como fin con la capacidad de gestión "realista" del pensamiento eficientista: "cada vez más con menos costes"

http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&ved=0CEMQFjAC&url=http%3A%2F%2Fwww.desarrollohumanoonline.com%2Farchivos%2Fliderazgo_eutopico.pdf&ei=A9CZUtTqA4SkyQOg_YHwAw&usg=AFQjCNE1d6MT8btmLCcFkeqtN1egxCPl4A&sig2=Zw92ukz3gVmBUdP_7XQbYQ&bvm=bv.57155469,d.bGQ



jueves, 28 de noviembre de 2013

Detienen a unos filósofos que planeaban socavar los fundamentos del platonismo

Tres presuntos miembros de un grupo de estudios nietzscheanos fueron detenidos este martes en Barcelona bajo la sospecha de que planeaban socavar los cimientos del platonismo. En el piso alquilado desde el que operaban, se encontraron esbozos de argumentos y silogismos con suficiente capacidad para armar una “bomba lógica” que podría revocar los principales dogmas del platonismo clásico.
Según la policía, el material del que disponía la banda de filósofos era muy contundente. “Algunos de los argumentos eran brillantes. De hecho, uno de los primeros agentes en irrumpir en el piso leyó uno de los silogismos de soslayo y al momento renegó del mundo de las ideas y de la idea del bien en sí”, explica el teniente Boladeras, encargado del caso.
Teniendo en cuenta que casi toda la filosofía occidental se asienta sobre el platonismo, se estaría hablando de un grupo terrorista con mucha capacidad destructiva. Se calcula que la onda expansiva podría haber llegado al menos hasta la redacción de la revista americana “Philosophical Review”, donde probablemente se habrían visto obligados a publicar una reseña de sus brillantes argumentos.
Las incógnitas sobre qué pretendían hacer los detenidos son muchas, aunque parece claro que se preparaban para un atentado inminente. “Sospechamos que planeaban irrumpir en la clase ‘Filosofía Antigua I’ de la Facultad de Filosofía de Barcelona, chillando argumentos para demostrar que el platonismo es un paradigma filosófico basado en una desconfianza irracional hacia los sentidos”, explica otro agente de la policía. El grupo integrista cree que el platonismo ha provocado que toda la filosofía occidental parta de la tesis del dualismo “cuerpo-mente / mundo-ideas” que en última instancia ha conducido al cristianismo y ha provocado cierta tendencia anticientificista en el humanismo europeo.
Además del conjunto de argumentos, el grupo disponía de suficientes libros de Nietzsche “como para convencer a todo un autobús”. Boladeras asegura que, mezclados con algo de Schopenhauer y algo de metralla aristotélica, los ejemplares podían llegar a ser muy destructivos, y fuentes de la lucha antiterrorista insisten en que, casi con total seguridad, en la vivienda había más libros de Nietzsche que los arrestados se comieron antes del registro para hacer desaparecer las pruebas al grito de “lo que no me mata me hace más fuerte”.
Según la policía, no solo pretendían atacar las bases de la filosofía idealista a nivel argumental, sino que también tenían pensado sabotear el ponche de “El Banquete” de Platón, tapiar la salida de la caverna para que no pudiera escapar nadie y secuestrar al filósofo rey de “La República”, el libro más importante del filósofo griego.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Escritos de Gervasio Black

¿cómo y cuándo se produce la "locura" del abrazo "autocrático" de una "ética"?
Dejemos de lado a lo "monos" que jamás se dieron cuenta de su "estancia en la jaula", esos que aman simplemente los preceptos que les han impuestos por un orden de "placer/displacer" y creen simplemente que lo "bueno" es tal y lo "malo" tal, como sus amos así le enseñaron, y también dejemos de lado a los monos "sabios" que "sabiendo todo", es decir, conociendo a "ciencia cierta" su "monalidad en cautiverio irreversible", se dedican a "conservar el orden social de la jaula, y a la vez ENCAUZARLO dentro de sus intereses de "monos cochinos" para disfrutar de alguna "alegría" espóradica. Me refiero sólo al caso de aquellos monos que se da cuenta de su esclavitud, al mismo tempo que se dan cuenta de una "monalidad" a la que no comprenden ni reconocen... cuando es que estos monos sin "fundamiento" deciden que es lo "bueno" y que lo "malo" y en que "locura" lo basan?


Los "monos necios" odian a quienes le contradigan.: - ES MENTIRA LO QUE DICES, PORQUÉ DICES ESAS COSAS TAN FEAS Y HORRIBLES, TE IRÁS AL INFIERNO DE LOS MONOS!!!- gritan, infierno que no es otra "cosa" que algún castigo que los amos les infligieron y luego se encargaron de "hacer olvidar".
Los "monos sabios" (con cierta "envidia del pene") dicen del pobre "mono loco": ....es un pobre mono...se estropeará la cara con las rejas, sufrirá el castigo de los amos, se hará odiar por los otros monos, y terminará muriendo como un simple mono infeliz..
mientras tanto el "mono loco" camina...camina...mira hacia arriba...mira hacia abajo.. mira a los costados..."rumea"..."resa para adentro"... observa ...esta buscando un error... alguna reja floja de la jaula....


...supongamos que el primate se ha escapado de su jaula, encontró la "grieta" y por ahí mismo se fugó...¿que hace ahora? afuera no hay comida,no hay más monas, no hay reglas, no hay donde dormir, no hay donde hacerse el mono... le quedan tres opciones...se suicida como "mono libre", vuelve a la jaula y se hace el "ignorante"... o vuelve a la jaula en busca de otros monos con ganas de huir..el ya sabe por donde... 


La maldad que emana de la inferioridad vil es la peor y más triste maldad, no es la simple y brutal violencia del valiente que clava su espada en el estómago de su enemigo y que destruye su cabeza a mazasos, mientras la sangre de su contrincante le pinta la cara, sino algo mas depravado, "exquisito" y bastardo, es la maldad de los débiles malos, aquellos que esperan su momento, acudiendo al zumbido de abeja que sólo es fuerte cuando ataca en conjunto, alimentando el chismerío, convocando a otros debiluchos y fracasados a su causa, es la maldad del esclavo que de pronto se siente "amo", y no lo digo por los esclavos que quieren su libertad y matan o mueren por ello, sino por los que se acarician con los amos, y gozan de esclavizar a sus "hermanos mejores", esos traidores, esos pobrecitos, esos si que son los malos, pero para que no eyaculen tan placidamente, les digo: sólo son unos "enanos espirituales y mentales", ¿el cielo no existe verdad?,¿por eso gozas tanto de tu estúpida maldad?.... en eso de crear un nuevo cielo andamos los que no acatamos el antiguo cielo, y no entramos en el circuito de maldad de los más débiles y deplorables...


Quien no entienda la totalidad de lo expresado no debería preocuparse, así se entienden bien las cosas, por partes, así entiende la ciencia al mundo, y así entendía Jack a las mujeres. En cada parte se expresa un reflejo distante de que lo que apunta la pistola; vamos por partes: el ser humano ha aprendido a sentirse libre, pero ese sentimiento le ha jugado en contra a las grandes masas de pitecántropos evolucionados que forman el conjunto de lo humano, le ha servido al poder de turno para justamente, crear la carnada más apetitosa, la que se deglute libremente; entre la carne sabrosa de la lombriz está el anzuelo, y si tu boca se zafa está la red entre tu entorno. La única esperanza permanece en los benditos "bugs" del sistema.  


La humanidad se está arrancando su espíritu para entregarlo como materia prima a un poder centralizado, allí será manufacturado, y devuelto como programación ideal para los nuevos robots para la muerte. La globalización es en el fondo el triunfo de lo homogéneamente diverso; todos los hombres del mundo deberán convertirse en seres para el consumo, y allí perderán su libertad y su esencia humana; la evolución de la especie conlleva la "insectización" del maldito homínido que alguna vez cruzó el umbral de la animalidad para soñarse como ser a imagen y semejanza de los dioses.


Ideas, conjuntos de buenas ideas, son esas configuraciones "neurales" las que deberían prevalecer, pero no lo hacen a causa de los "anticuerpos"; ¿quieres verte? pues bien, aplica las buenas ideas a tu lente y obsérvate: enlaza el concepto de "alienación" y el de "memética", este último hecha luz sobre el primero, pues como la alienación se produce queda comprendida a través de esquemas de propagación que son bien explicados en la teoría de los "memes", pero el bache de esta última teoría, el porqué algunos "memes" son más exitosos que otros, que por mera reacción mecánica de las tendencias ideológicas de quienes lo sostienen intenta ser explicados desde la teoría darwineana, se puede explicar con mucha más solvencia por medio de la teoría de la alienación: los "memes" que triunfan son los que ajustan la programación (y con ello la conducta) a los modos de producción. Ahora bien, aun el tema sigue oscuro, pues continua la pregunta del huevo y la gallina. Y esa pregunta sólo puede ser respondida desde un lugar muy por detrás de todas las verdades que se presentan como "aptas" dentro de el conjunto de adecuaciones meméticas.

¿cuál es el medio por el cual se fabrica el nuevo hombre y en que consiste este "nuevo hombre" o como yo mismo he bautizado "supermonky"? Justamente son los medios de comunicación masivos los encargados de moldear a este "nuevo hombre", el hombre global, el "ser para el consumo". Un detalle consiste en observar como instituciones que se encargaban de ser las formadoras de ideología, como ser la familia o la escuela, sufren un debilitamiento que no es coincidencia, ya no son de ninguna manera las que ostentan el lugar protagónico en la educación de las nuevas generaciones, sino que pasan a cumplir otras funciones, secundarias; tanto la relaciones parentales, en sus diversidades y complejidades, como la institución escuela sirven, aun en su casi destrucción, para un otro fin, y es permitir el nexo de supervivencia biológica (caso la familia) como el nexo de supervivencia social (la escuela) para tanto una como otra son meras representaciones habilitantes para que los medios de comunicación sean quienes moldeen a la cultura. Lo que están fabricando estos medios, entre los cuales, se convierte poco a poco en estrella, los medios virtuales, sobre todo las redes sociales, es un hombre ideal para el consumo, controlado a través de la pérdida de la privacidad (que implica la utilización de los medios virtuales) y del sistema de endeudamiento. Pero este hombre aun presenta otras características, que iré describiendo poco a poco...   


El "nuevo hombre", el que se asoma a la globalidad con todas las cualidades de "ser apto", según el modelo darwiniano, es un hombre que lo que tiene de menos es de verdadera libertad, de auténtica autarquía; es simplemente un hombre "pensado" y no un hombre "pensante", lo están pensando diariamente, y lo están instruyendo a través de los distintos medios que el sistema tiene a su alcance. La hipótesis de bajo alcance que intenta indicar que "siempre fue así, que el hombre siempre se esclavizo con agrado a cambio de convertirse en apto y ser feliz siendo justamente eso, un títere feliz", choca con otra hipótesis nacida justamente en el seno de la ideología que la alberga, que es la teoría que indica que el conocimiento va en desarrollo, que justamente existe una EVOLUCIÓN que hace, entre otras cosas, que lo que sabemos hoy, es mejor, más inteligente y/o más capacitado que lo que sabíamos y éramos antes. La hipótesis ésta, que no es otra cosa que una retórica que emite el poder a través de sus marionetas, intenta hacer creer que la esclavitud voluntaria es parte de un "desarrollo de la inteligencia"; por ejemplo, si una persona se ajusta a sus mandamientos, entonces es más inteligente; algo así como quien "adivina" test de inteligencia y responde justamente como quieren que respondan, es decir, que el perro más inteligente es el que obedece más rápido y más eficazmente, luego, este perro es el "más apto", luego...el más sabio, luego, el más feliz.

Sobre sabios, filósofos,heroes y tumbas

Foto: SOBRE SABIOS, FILÓSOFOS, HEROES Y TUMBAS

Y en este simulacro de taxonomía, lo que intento es mostrar una situación del pensamiento, una coordenada del espíritu, y una tragedia de la jaula, pues la metáfora que utilizaré para cercar a estas figuras del "sabio" y del "filósofo", es justamente, la de una tragedia homínida; y es la de la introducción de la humanidad a la vida en cautiverio por puro empuje de sus necesidades, de sus accidentes, de los trazos de su propio dibujo, a un nuevo hábitat, el del zoológico; pues si bien los primates sociales, también sufren tanto sus reglas como su biología en estado salvaje, la ingesta de Adán, el invento de "Theuth" y el de Pitágoras, el servicio de "Shiva",  las tablas de Moisés, las necesidades esclavistas de la civilización, la dialéctica del espíritu y de la materia, la crucifixión de Jesús, la cicuta de Sócrates,  el uso de la lengua camaleónica , y en fin, todas las causas que hacen al hombre alejarse de su "animalidad eterna", no han hecho otra cosa que fabricar una gran jaula de zoo, para vivir allí más sanos, más amontonados, mejor alimentados y más dependientes de los cuidadores; entonces allí, en la jaula grupal, en donde vivimos ya de nacimiento, es en donde aparecen estos "monos dorados" del lenguaje: dejemos "moneriar" en paz a aquellos primates enjaulados que viven su día a día, pelando sus bananas, haciendo el amor a las mejores "disposiciones" o a las que tengan más a mano, cambiando su monería por maníes y sus agujeros por bananas, y vayamos a los monos sabios, a los filósofos, a los héroes, y a las tumbas: 
Los monos sabios son los encargados de inventar con el lenguaje el opio sagrado, son los que incitan a ser felices a los otros indicándole el camino, que nunca es otro que abrazar la idiosincrasia, son los que enseñan tanto a rezar como a gozar, son los que dicen, "no te preocupes que si te portas bien, el dios mono te llevará al cielo algún día", o "como no existe un cielo, disfruta de tu agua y tu banana, pues no hay más nada mejor que ellas", en uno u otro extremo, el "mono sabio" es el que sabe que toda la vida de esos monos se desarrollará en la jaula, para siempre, entonces dan consejos para vivir bien en cautiverio, ya sea creyendo en un más allá que sólo se consigue en la muerte (o sea nunca), ya sea insistiendo a disfrutar de los placeres de la jaula, de los placeres de las reglas inclusive, o del sólo hecho de estar bien acostumbrados a las tareas diarias de todo mono, y sabiendo todas las cosas, termina siendo el premiado con el "título de sabio", pues los cuidadores hacen de este mono un modelo a seguir y por eso lo suben al podio, le suministran los más jugosos alimentos, le pintan la espalda de plateada,  los aplauden, y les dan roles protagónicos en las comedias de los monos, allí en la jaula.  
Los "monos filósofos" en cambio, dicen no saber tan bien y tener sus dudas, especulan sobre el "más allá de los barrotes", algunos creen que existe una jaula más grandes y más cómoda en la cual la suya es sólo una célula interna, otros creen que fuera de la jaula habría sólo una nubilosa desconocida, otros creen que los cuidadores y esos "monos" raros que pasan y arrojan maníes son en efecto, unos "monos avanzados que quizá tengan la clave de la existencia", otros en cambio sostienen que sólo son fantasmas creados por la imaginería supermónica, otros que son dioses y otros que es un dios que es siempre el mismo, pero con muchas caras,  pero a diferencia de los sabios, estos monos pierden la "vida" en estas cruzadas intelectuales, especulan hasta el hartazgo, caminan por la jaula en círculos concéntricos sólo para encontrarse todos en el mismo punto, allí tomarse un poco a golpes para liberar un poco de adrenalina, y luego seguir su marcha de caballos y chanchos de calesita, dejando siempre unos "dulces" para recordar el camino a casa que nunca perdura luego de sembrado, entonces se lanzan a una deriva que a fuerza de geometría y límites de jaula produce el espiral de su "peripatetismo". 
Pero estos dos tipos de primates enjaulados, no son los únicos que vale la pena iluminar con mi linterna, están otros que me permiten traer parafraseando a esa novela "Sabática" que logró sumergirme en un tiempo adolescente y legendario, están también los "monos héroes", estos quieren saber que hay más allá de la jaula, pero no se conforman con especularlo, quieren verlo con sus propios ojos, estos primates de la aventura sólo quieren escaparse, oyendo a medias, tanto a filósofos como sabios, y usando ingeniosas herramientas, insumen todo su tiempo en limar barrotes, cavar fosas de escape, planear fugas, inventar máquinas de teletransportación, y muchos otros ingratos experimentos que en muchas ocasiones terminan como juegos de plaza para los pequeños, o como "máquinas de follar" para los grandes, en otras ocasiones estos cacharros escapistas terminan fallando y causando lesiones en su entorno, contaminando la jaula con su "mil intentos", causando explosiones o alucinaciones, por ello estos monos, pueden ser amado u odiados, cuando se dedican a inventar divertimentos o bálsamos curativos, entonces son aplaudidos, pero cuando se dedican a lo que verdaderamente le interesa, que es la huida, entonces, se transforman en antihéroes, en creadores de monstruos y necios dementes. 
Y por último, quedan las "tumbas", que no son monos vivos, sino inscripciones sobre lápidas, epitafios de todos las sabidurías, de todas las especulaciones,  y de todas las líricas y épicas del pasado, son el recuerdo de toda la historia de la vida en la jaula y quizá de un lejano momento, allí en la jungla, a estas tumbas recorro de noche, a estas tumbas ilumina mi linterna, y en cada historia y en cada cambio, y en cada aproximación hacia lo externo, allí veo ya no como especulación probable sino como recuerdo lejano pero vivo, el otro mundo, el de la vida salvaje, entonces dudo en si morirme para así alcanzarlo o ponerme a colaborar con los héroes más dementes y audaces, pero en algo estaré seguro, no le haré caso alguno a los "monos sabios", y no perderé mi tiempo con los "filósofos"...Y en este simulacro de taxonomía, lo que intento es mostrar una situación del pensamiento, una coordenada del espíritu, y una tragedia de la jaula, pues la metáfora que utilizaré para cercar a estas figuras del "sabio" y del "filósofo", es justamente, la de una tragedia homínida; y es la de la introducción de la humanidad a la vida en cautiverio por puro empuje de sus necesidades, de sus accidentes, de los trazos de su propio dibujo, a un nuevo hábitat, el del zoológico; pues si bien los primates sociales, también sufren tanto sus reglas como su biología en estado salvaje, la ingesta de Adán, el invento de "Theuth" y el de Pitágoras, el servicio de "Shiva", las tablas de Moisés, las necesidades esclavistas de la civilización, la dialéctica del espíritu y de la materia, la crucifixión de Jesús, la cicuta de Sócrates, el uso de la lengua camaleónica , y en fin, todas las causas que hacen al hombre alejarse de su "animalidad eterna", no han hecho otra cosa que fabricar una gran jaula de zoo, para vivir allí más sanos, más amontonados, mejor alimentados y más dependientes de los cuidadores; entonces allí, en la jaula grupal, en donde vivimos ya de nacimiento, es en donde aparecen estos "monos dorados" del lenguaje: dejemos "moneriar" en paz a aquellos primates enjaulados que viven su día a día, pelando sus bananas, haciendo el amor a las mejores "disposiciones" o a las que tengan más a mano, cambiando su monería por maníes y sus agujeros por bananas, y vayamos a los monos sabios, a los filósofos, a los héroes, y a las tumbas:
Los monos sabios son los encargados de inventar con el lenguaje el opio sagrado, son los que incitan a ser felices a los otros indicándole el camino, que nunca es otro que abrazar la idiosincrasia, son los que enseñan tanto a rezar como a gozar, son los que dicen, "no te preocupes que si te portas bien, el dios mono te llevará al cielo algún día", o "como no existe un cielo, disfruta de tu agua y tu banana, pues no hay más nada mejor que ellas", en uno u otro extremo, el "mono sabio" es el que sabe que toda la vida de esos monos se desarrollará en la jaula, para siempre, entonces dan consejos para vivir bien en cautiverio, ya sea creyendo en un más allá que sólo se consigue en la muerte (o sea nunca), ya sea insistiendo a disfrutar de los placeres de la jaula, de los placeres de las reglas inclusive, o del sólo hecho de estar bien acostumbrados a las tareas diarias de todo mono, y sabiendo todas las cosas, termina siendo el premiado con el "título de sabio", pues los cuidadores hacen de este mono un modelo a seguir y por eso lo suben al podio, le suministran los más jugosos alimentos, le pintan la espalda de plateada, los aplauden, y les dan roles protagónicos en las comedias de los monos, allí en la jaula.
Los "monos filósofos" en cambio, dicen no saber tan bien y tener sus dudas, especulan sobre el "más allá de los barrotes", algunos creen que existe una jaula más grandes y más cómoda en la cual la suya es sólo una célula interna, otros creen que fuera de la jaula habría sólo una nubilosa desconocida, otros creen que los cuidadores y esos "monos" raros que pasan y arrojan maníes son en efecto, unos "monos avanzados que quizá tengan la clave de la existencia", otros en cambio sostienen que sólo son fantasmas creados por la imaginería supermónica, otros que son dioses y otros que es un dios que es siempre el mismo, pero con muchas caras, pero a diferencia de los sabios, estos monos pierden la "vida" en estas cruzadas intelectuales, especulan hasta el hartazgo, caminan por la jaula en círculos concéntricos sólo para encontrarse todos en el mismo punto, allí tomarse un poco a golpes para liberar un poco de adrenalina, y luego seguir su marcha de caballos y chanchos de calesita, dejando siempre unos "dulces" para recordar el camino a casa que nunca perdura luego de sembrado, entonces se lanzan a una deriva que a fuerza de geometría y límites de jaula produce el espiral de su "peripatetismo".
Pero estos dos tipos de primates enjaulados, no son los únicos que vale la pena iluminar con mi linterna, están otros que me permiten traer parafraseando a esa novela "Sabática" que logró sumergirme en un tiempo adolescente y legendario, están también los "monos héroes", estos quieren saber que hay más allá de la jaula, pero no se conforman con especularlo, quieren verlo con sus propios ojos, estos primates de la aventura sólo quieren escaparse, oyendo a medias, tanto a filósofos como sabios, y usando ingeniosas herramientas, insumen todo su tiempo en limar barrotes, cavar fosas de escape, planear fugas, inventar máquinas de teletransportación, y muchos otros ingratos experimentos que en muchas ocasiones terminan como juegos de plaza para los pequeños, o como "máquinas de follar" para los grandes, en otras ocasiones estos cacharros escapistas terminan fallando y causando lesiones en su entorno, contaminando la jaula con su "mil intentos", causando explosiones o alucinaciones, por ello estos monos, pueden ser amado u odiados, cuando se dedican a inventar divertimentos o bálsamos curativos, entonces son aplaudidos, pero cuando se dedican a lo que verdaderamente le interesa, que es la huida, entonces, se transforman en antihéroes, en creadores de monstruos y necios dementes.
Y por último, quedan las "tumbas", que no son monos vivos, sino inscripciones sobre lápidas, epitafios de todos las sabidurías, de todas las especulaciones, y de todas las líricas y épicas del pasado, son el recuerdo de toda la historia de la vida en la jaula y quizá de un lejano momento, allí en la jungla, a estas tumbas recorro de noche, a estas tumbas ilumina mi linterna, y en cada historia y en cada cambio, y en cada aproximación hacia lo externo, allí veo ya no como especulación probable sino como recuerdo lejano pero vivo, el otro mundo, el de la vida salvaje, entonces dudo en si morirme para así alcanzarlo o ponerme a colaborar con los héroes más dementes y audaces, pero en algo estaré seguro, no le haré caso alguno a los "monos sabios", y no perderé mi tiempo con los "filósofos"...
Gervasio Black

Grupos filosóficos en facebook

Gervasio:
"Foros de Facebook": es el lugar en donde lo que queda de inteligencia se esfuma y desaparece del todo, se convierte en el modo efectivo, a costa de la soledad intelectual de los que aquí se acercan, de hacer que los pensamientos se tornen nebulosos, que se licuen, que se acomoden al deseo de los que quieren justamente que ya nadie piense, o que lo haga sin fines, sin esperanzas, sin posibilidad alguna de cambiar algo. Aquí todo termina en barbarie intelectual, en memética del imbecilismo, o en entronación del narcisismo sin sentido y resonancia.... Aquí todos nos volvemos o más estúpidos o demasiado alienados... o por demás de imbéciles, o por todas partes desmembrados. La incorporación a la "mente colectiva" significa la pérdida de la fuerza individual del pensamiento, la caída del halcón a la condición de rana de chiquero global, de colibrí a abeja obrera, de "ser" a "participar", de humano a código binario...
Astor:
Gervasio no creo que sea tan así. El punto de vista desde donde estás escribiendo es muy oscuro.Estás viendo el vaso medio vacio.
Toda similitud que tenga un grupo de facebook a una Àgora es pura coincidencia, pero no lo vemos. Tenemos que empezar a pe
nsar en puntos de debate, para poder a nuestro tiempo, llegar a algún lado, ¡utilizando la palabra!.
Estamos en los albores del siglo XXI, es muy común ver a lo desconocido como algo malo. Veamos este medio como un lugar para poner en debate, en tela de juicio, la vida de hoy, la vida moderna. ¿como nos iría?
Gervasio:
Negativo, Astor, o muy difícil, la "megamáquina" virtual esta diseñada para vencer, las esperanzas surgidas de la esencia caótica del sistema, ya están previstas, el discurso que domina está calculado aun con el gran grado de indeterminación; sin embargo, sí creo que pueda ser posible generarle errores al sistema, convertirse en "bugs", estos no se presentan como soluciones, simplemente generan grietas, siembran semillas, dispersan virus, los "anticuerpos" son operativos, pululan por todo el medio virtual, cada vez que dos "neuronas piratas" hacen sinapsis, de inmediato aparecen los anticuerpos; prueba lo siguiente, intenta interferir en la cadena memética, ve al inicio e increpa a los carteles, desde el momento que te presentes como "bugs", y te muestres demasiado lúcido, estarás nominado y te comenzarán a perseguir los perros de policía, y créeme que las técnicas, la aparatología que poseen es poderosa, no soy novato en esto, debí inclusive acomodarme con tácticas que no eran de mi agrado.
 
 
 

Chistes filosóficos

Sólo el hombre es capaz de reir, decía François Marie Arouet... de reír y de filosofar que concluyera el mostachudo de Röcken. Un nuevo álbum para continuar con la recolecta de todos aquellos chistes de filósofos, chistes de filosofía y chistes filosóficos que tan bien han demostrado la importancia del humor, la carcajada y la sonrisa, el jolgorio y el regocijo, la hilaridad y la alegría, amén incluso de la risotada y la rechifla todo este tiempo, dado que son pertinentes remedios en la vida y locuaces apoyos en medio del trascendente filosofar.

"Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído" como decía Jean de la Bruyere. Y, como dejara dicho el piadoso Kant, "Como el camino terreno está sembrado de espinas, Dios ha dado al hombre tres dones: la sonrisa, el sueño y la esperanza". Pues, como sentenciara el tétrico Hobbes, "La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad". Y esto, incluso siendo cierto que "cuando sonrió el hombre, el mundo lo amó. Cuando rió, le tuvo miedo", que diría Rabindranath Tagore. Ya que, cómo diría el no menos reflexivo Marx... Groucho Marx, "...Humor es posiblemente una palabra, pues la uso constantemente. Estoy loco por ella, y algún día averiguaré su significado".

Porque el humor, la risa y la sonrisa, son "el lenguaje del alma" (Neruda), mientras que el mal-humor es simplemente un mal vício, "se predica contra muchos vicios, pero no sé de nadie que haya predicado contra el mal humor" (Goethe) acometememos burlonamente esta nueva versión. Por eso, y porque cómo dijera hace venticinco siglos Confucio, "...nunca des una espada a alguien que no es capaz de sonreir y bailar..."

Hasta otra, au revoir que dijo Voltaire...

domingo, 24 de noviembre de 2013

Emilio Lledó: un filòsof en primera línia

“Creo que no estamos tanto ante una crisis económica, sino en una crisis de la mente, de nuestra forma de entender el mundo. La crisis más real -con independencia de los problemas económicos, que son muy reales- es la crisis de la inteligencia. No estamos solo ante una corrupción de las cosas, sino ante una corrupción de la mente. A mí me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Qué me importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente? También ocurre que uno intenta pensar y escribe cuatro especulaciones y no puede hacer nada. Piensas pero no tienes poder. De ahí el poder de la política”.

-¿Cómo consigue no caer en el pesimismo después de decir eso?

“No soy nada pesimista. Solo soy pesimista, en cierto sentido, porque ya soy mayor y me queda poco tiempo, o menos tiempo, pero a mí me parece que la vida es algo muy hermoso y muy estimulante. Tenemos que darnos cuenta y no podemos olvidarnos de la posibilidad que tenemos de mirar. Los filósofos griegos me enseñaron que la palabra ‘idea’, que nos remite al idealismo, significa mirar. Mirar con los ojos, no con la mente. Y después de eso viene la educación…”.

-Hablando de educación, la nueva reforma educativa elimina la obligatoriedad de dos de las tres asignaturas de Filosofía en Secundaria y Bachillerato. ¿Qué consecuencias tendrá en el futuro?

“Me parece un disparate, una cosa inconcebible, cuando hoy precisamente en el mundo tecnológico es tan importante la reflexión sobre los sentimientos, sobre las acciones, y a eso ayuda la filosofía”.

-Dice que le preocupa más la corrupción de la mente que la corrupción tradicional. ¿Quién está corrompiendo nuestras mentes?

“Una política de la mentira y una educación que no se ha tomado en serio. La educación es la esencia de partida social y si eso falta la sociedad de va a pique. Filosofía significaba apego a entender. Preocupación por saber qué mundo es el tuyo, qué sociedad es la tuya y cómo compartir la vida con otros. Por eso es tan importante la política, aunque hoy se hable de la destrucción de la política”.

-Lo que quizás ha conseguido la situación actual es que la gente tenga más apego por saber, más necesidad de filosofía…

“Sí. Quizá la crisis nos ha dejado al aire, al descubierto, y eso nos estimula, por eso es tan importante que los jóvenes se formen, y que tengan acceso a una educación de calidad. Yo he vivido mucho tiempo fuera de España en grandes países tecnológicos, y en un país como Alemania nunca apostarían por una universidad privada”.

-A nosotros nos han obligado a pensarlo todo en términos de rentabilidad económica..

“Exacto. La economía es importante, pero es solo una parte. Hay que dejar que los muchachos, los cinco o seis años que están en la universidad, se entusiasmen con algo, que no se obsesionen con cómo ganarse la vida, ya se la ganarán o la lucharán. La obsesión por ganarse la vida es la forma más radical de perderla”.

-Después de ser un niño de la Guerra Civil en España y de vivir en Berlín la caída del muro, ¿cómo ve la situación actual en cuanto a libertades y derechos?

“Como niño de la Guerra Civil sé lo que es el hambre, pero no el hambre como metáfora. El hambre, hambre, hambre de Madrid de los años 40. No tener qué comer durante años. Era una situación patológica, había acabado una guerra, y había unos vencedores y unos vencidos. Eso hoy no existe, hoy se nos ofrecen un montón de cosas. Estamos en la sociedad del consumo, en una sociedad que acaba consumiendo al consumidor. Pero es consumo vacío, consumo consumiente, que te consume, que te deteriora”.

-Eso lleva a otra pregunta: ¿Cómo nos está deteriorando el uso perverso del lenguaje?

“De una manera increíble. Una forma de deteriorar la mente es deteriorar el lenguaje. Utilizamos palabras sin pensarlas. Por ejemplo, ahora hay que ponerlo todo en valor. Sin embargo, no sabemos qué es el valor porque no sabemos lo que son los valores. La universidad tiene que fomentar un debate sobre los ideales. Los creadores de riqueza son necesarios, pero unos pasos más adelante hay que crear algo que rompa la pura pragmacia. O la practiconería, que es una palabra que seguro que la Real Academia no aceptaría, pero que me parece muy expresiva”.

-¿Confía en que en el futuro seremos menos pragmáticos?

“Yo creo que sí. Si no sería la muerte. Tenemos que dejar esa herencia de idealismo”.
http://www.tv3.cat/videos/4137910/Emilio-Lledo-un-filosof-en-primera-linia

sábado, 23 de noviembre de 2013

Parejas recíprocas

Puesto que la gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona, es necesario el respeto de esa ingeniería natural sobre la que se debe construir una ética cristiana. El hecho social de que muchas parejas casadas por la Iglesia experimenten la imposibilidad de cumplir su promesa de perpetuidad “hasta que la muerte nos separe” puede tener su explicación en no haber tenido en cuenta esa como ingeniería civil del sacramento matrimonial. Un hombre y una mujer que deciden unirse para siempre con libertad, con amor y con respeto mutuos, abiertos a transmitir la vida a los hijos, que expresan ante la Iglesia la promesa formal de su amor y de su voluntad de afrontar juntos la vida hasta la muerte, ¿Por qué ven frustrada esa decisión sagrada que ellos mismos eligieron?

Un error frecuente es optar por vivir independientes. No tiene mucho sentido casarse para ser independientes, pero se escoge esa actitud como un mal menor, para no pelear y evitar conflictos. Se mantiene una fachada social, un estatus, pero ya no existe esa física y química necesarias en una buena relación. Por este camino es fácil que alguien más se cruce y se acaba así descubriendo una nueva pareja en alguien más. Otro error, tal vez peor, es la dependencia. Uno de los dos opta por someterse al criterio del más fuerte, despersonalizándose, perdiendo la propia autoestima e identidad. Puede durar algún tiempo, pero ya no hay felicidad, sino miedo y sumisión. Hasta que se encuentra a quien te valore de verdad y sepa darte tu puesto, amarte de la manera que uno lo necesita. Estos dos modelos fracasan porque eluden la reciprocidad, no se puede ser pareja sin reciprocidad, sin igualdad de parte y parte.

Esta reciprocidad solo es posible en la interdependencia, un modelo para perseverar en la vida de pareja, para construir igualdad y para ser felices y además poder cumplir a cabalidad con la promesa pronunciada ante el altar. Pero la interdependencia se construye en base a cuatro reglas: 1. Metas comunes. 2. Repartirse las tareas. 3. Evaluar mensual o bimensualmente. 4. Capacidad de perdón y de esperanza. Este esquema implica saber conjugar bien dos viejos verbos, ceder y comunicarse. Hay que empezar, pues, por las metas. Son el motor de todo lo demás. No basta la de educar y cuidar a los niños, por importante que esta sea. Tampoco basta que cada uno tenga ya sus propias metas personales. Tienen que ser metas compartidas, dos o tres o cuatro, que tengan que ver con la felicidad de estar juntos, de construir un presupuesto y una cultura familiar, de alternar trabajo y ocio en sabia proporcionalidad. Después repartirse las tareas ya es más fácil, según las habilidades y la buena voluntad de cada cual. Es cuestión de sumar y no restar, evitando competir y valorando que juntos somos más. Lo de evaluar es importante, se remiten a la evaluación de fin de mes un montón de conflictos ocasionales, demasiado explosivos para resolverlos de manera inmediata. Las noches traen consejo. Y finalmente, tras la evaluación, saberse perdonar con esperanza.

Roberto Fernández

sábado, 16 de noviembre de 2013

El bolígrafo de gel verde

Una nueva vida con distinto escenario, distinta historia y distinto ritmo, pero con los mismos personajes. Una nueva vida en un nuevo escenario: un pequeño pueblo pirenaico que en algunas épocas del año triplica su población y en otras ni las brujas vienen; una nueva casa, que a la vez es antigua, con dos plantas, un garaje y un pequeño jardín con columpios. ¡Ah, y vida! Un nuevo negocio —propio— en el que invertimos nuestro primer año: una pequeña cafetería cerca del único colegio del pueblo.
Una nueva vida con una nueva historia: la de dos personas que se quieren como hacía tiempo no se querían; dos personas con un niño al que ven cada día, cada tarde y cada noche; dos personas que, sin grandes lujos, viven juntas. Dos personas que ven la luna desde su cama; que le han enseñado a su hijo a distinguir entre oveja y cabra, entre pino y haya, entre
padre y papá; que han aprendido a distinguir entre casa y hogar, sabiendo que siempre tuvieron lo primero y ahora disfrutan de lo segundo. 
Una nueva vida con un nuevo ritmo: ahora madrugamos de otra forma y nos acostamos... también de otra; ahora ya no grito cuando voy en coche, porque aquí hay menos coches y muchos menos gritos; ahora solemos pasar los sábados y domingos disfrutando de la montaña, visitando otros pueblos, otras ciudades... porque hemos conseguido sacar tiempo entre semana para limpiar la casa, arreglar desperfectos, cuidar el jardín y hacer la compra. 
Hay una palabra capaz de resumir todo un cambio de vida: tiempo. Tiempo para conocer nuevos lugares; tiempo para disfrutar por las mañanas de unas caricias, por las noches de unos roces más profundos. Tiempo para hablar de problemas y soluciones, para besar en cualquier parte del otro cuerpo, para aprender cosas que enseñar a los demás, para saber que los niños siempre desean jugar con sus padres, para leer y disfrutar haciéndolo, para perderlo porque se tiene, para disfrutar de la soledad, para estar en compañía... Cuando las cosas no van como esperamos, nos empecinamos en cambiar de personajes, cuando lo único que hay que hacer es cambiar de historia. 
Sé que es difícil, muy difícil, cambiar toda una vida cimentada en las costumbres: cambiar de casa, de ciudad, de amistades, de colegio, de trabajo... y arriesgarse a empezarlo todo de nuevo. Pero si uno piensa en hacer algo así es porque todo lo demás le ha salido mal. Entonces... ¿qué riesgo hay? ¿Qué puede salir peor cuando ya todo va mal? 
En fin, creo que estoy comenzando a divagar, a alejarme del propósito de este texto. Y es que hoy he visto un boli verde entre los juguetes de Carlitos... No es de gel y apenas le queda tinta, pero me ha servido para escribir este diario de recuerdos.

Texto extraido de la novela El bolígrafo de gel verde de Eloy Moreno.


The three of jazz

i’m a tree hanging upside down.
i used to stand the way you people think it’s right…but then you made me taste your silly fright.
it all began. it’s then you gave me fire. there was some light, there was some heat.

it all lies in a distant past now – all except your fire feeding my roots. they carved my friend into a heart-shaped drum and soon there’ll come for me.

it’s your time now,
just close your eyes and reach for me. touch my burned bark.
you should hear the music of a piano – the piano i will become when they will tear me down.

there’s jazz in everyone of us.

tonight, only you can set me free.

Confucius/Kung Tze _ Motion Picture In Full HD.flv

viernes, 15 de noviembre de 2013

Repensando a Nietzsche

Rafael Echeverría: Mi Nietzsche, la filosofía del devenir y el emprendimiento.
Nietzsche desmonta la Filosofía: Sócrates fue, de verdad, un bufón que escogió mal, muy mal, al optar por Parménides en contra de Heráclito; por el Ser en contra del Devenir; lo estable, permanente y eterno en contra de lo cambiante y efímero; lo Apolíneo contra lo Dionisíaco; o sea, el pensamiento, el conocimiento, lo transparente, definido, cognoscible, equilibrado y mesurado, en contra de los instintos, las pasiones y emociones, lo incognoscible, profundo, oscuro y sombrío. Lo visible y lo No-oculto, la Aletheia, la luz y el sol, contra las profundidades insondables, hormonales y misteriosas del alma; la Metafísica y la Ontología contra la Tragedia griega; lo aparentemente más hermoso del alma, en contra de sus facetas más despreciables y animalescas.

Sócrates condenó a Occidente a vivir al margen del verdadero problema: la miseria profunda que llevamos en el Espíritu. Y hasta que Nietzsche empezó a deshacerla, vivimos una farsa: Platón, discípulo de Sócrates y Aristóteles, discípulo de Platón, siguieron el camino errado de sus maestros y en consecuencia... ¡¡no entendieron nada!! Reforzando así el error y el errar de Occidente. Más tarde el Cristianismo, lamentablemente, asumió esa fofa filosofía griega, consolidando un Proyecto de Sociedad que -gracias al Imperio Romano- se hizo hegemónico. El Programa Metafísico, aunque tal vez pudiese llamárselo más bien la Filosofía Occidental o el Pensamiento Racional. Una propuesta de sociedad que, por endeble, no podía conducir sino a la profunda crisis que estalla en el siglo XIX y que coloca a Nietzsche como la posibilidad de un nuevo comienzo.

Echeverría logra poner de relieve la insondable profundidad de la crisis de Occidente: es el tratamiento que le da a la Sofística y a los Sofistas. Sócrates se enfrenta a ellos, Platón y Aristóteles los aplastan y nuestra "cultura" se extasió 2.400 masacrándolos. La palabra Sofisma se convirtió en sinónimo de argumento falso, de mentira burda. Echeverría muestra cómo Nietzsche mostró que era exactamente al revés, que era Protágoras (el mayor de los Sofistas) el que estaba en lo correcto. ¡¡Que el verdadero sofista era Sócrates!! Occidente estuvo 2.400 años pensando al revés: el camino correcto era el de Heráclito y no el de Parménides, el de Dionisos y no el de Apolo, el de Protágoras y no el de Sócrates.

Stefan Zweig, La lucha contra el Demonio.
Leyendo el Nietzsche de Zweig se redescubre, una y otra vez, la noción de Dios. Contra la nietzscheana idea ingenua según la cual "Dios había muerto", se intuye que fue todo lo contrario, o sea, Dios existe. No, por supuesto, como el Dios Creador de la Infinitud interminable de infinitas galaxias, cada una de las cuales es a su vez Infinita; mas la HiperInfinitud del Espíritu, absolutamente inescrutable e incognoscible. Leyendo a Zweig uno capta que Dios no es la idea ateísta que Nietzsche tenía sobre Él; que no se trata del Creador de la Infinitud del Mundo, sino precisamente de esa Absoluta Infinitud del Mundo, más la Absoluta Infinitud del Espíritu, o sea, que Dios ha muerto dentro de nosotros mismos, porque somos incapaces de entender el mundo y, muchos menos, nuestro Espíritu, por más que la Física Cuántica y las Ciencias de la Psiquis, avancen incontenibles en la comprensión superficial de ambas esferas.

Stefan Zweig descubre cómo la noción de Demonio es la Quiebra de la Razón que Kant y Hegel (con sus fracasos filosóficos) habían puesto en evidencia. Nietzsche tuvo una pequeña confusión al creer que se trataba de Dios, cuando la que realmente había muerto era la Lógica, el pensamiento primitivo que alimentó a Occidente por 2.500 años. Porque en cuanto usted descubre que ni la Razón ni la Ciencia le permiten tener la mas mínima idea del absoluto Sinsentido que es el Mundo y, mucho más aún, nuestro Espíritu, entonces, paradójicamente -ante la amenaza del Caos- no queda ningún otro camino que aferrarse desesperadamente a esa Infinitud Absoluta que nos permite identificarnos con el Universo y, sobre todo, con las almas de nuestros semejantes, que nos permite ser Uno con Ellas: ¡¡la Noción de Dios!!

Porque en cuanto traspasamos Lo Racional ¡¡accedemos a Lo Humano!! al Mundo del Espíritu que no anda deduciendo -mecánicamente- conclusiones a partir de premisas, sino que se dedica a Poner Valores, a Crear el Bien y no solo la Belleza. Porque Occidente, que neciamente identificó Lo Humano con lo Racional, se tardó más de dos milenios en descubrir que así como somos capaces de Crear la Belleza, podemos Crear el Bien. Pero detrás de Lo Humano se nos aparece ¡¡Lo Religioso!! Nuestra capacidad para identificar el alma con las de nuestros semejantes, de hacernos Uno con Ellos. El Amor al Prójimo, la capacidad de intuir que el Espíritu no tiene ningún Ser, como creyó Aristóteles y que por eso podemos fundirnos en un solo Ser con todos los demás humanos. "Algo" que ya empieza a parecerse a Dios.

Más allá de Lo Religioso, llegamos a la dimensión más profunda de Lo Humano: Lo Sagrado. La capacidad que tenemos para trascender el Espíritu. ¡¡Es el Alma yendo más allá de sí misma!! Lo Humano es la capacidad de Crear el Bien, de ponerlo en el Mundo. Lo Religioso es la capacidad de re-ligar nuestras almas con las de los demás. Lo Sagrado, en cambio, es la posibilidad que tenemos de construir nuestro propio Espíritu; desde sus cimientos más profundos. No es ya poner el Bien en el Mundo, sino ponerlo en nosotros mismos. Pero, mucho más que eso: es la posibilidad de superar nuestra Animalidad, la antesala de la noción de Dios.

Hemos de trascender lo que representa la Lógica de la Razón, ese racionalismo del Sistema, porque todo es MAYA, ya lo dijo Calderón de la Barca en La Vida es Sueño: el carácter ficticio o ilusorio de la vida, lo Humano y "La Realidad". La destrucción brutal de la ficción que la Razón y la Verdad griegas crearon. La misma ficción con la que el Cristianismo Medieval desarrolló la Escolástica. Y, finalmente, la misma con la que Descartes, el Racionalismo y la Modernidad, produjeron el apogeo grandioso -e iluso- de Occidente: la ingenuísima idea de "Progreso". Nietzsche liquida a la Razón un siglo antes que la noción de Ideología cobrase cuerpo ante el fracaso del Comunismo: la evidencia brutal de que el Marxismo, lejos de ser una Ciencia, era otra vulgar Creencia. Un siglo antes, Nietzsche mostró que la Lógica y la Filosofía eran simplemente eso: Ideologías Monumentales, "Conocimientos Ideológicos". Fue esa tesis nietzscheana, según la cual no hay hechos sino interpretaciones; la misma de Kant, acerca de la absoluta inaccesibilidad de la Realidad, de la impensable "Cosa en Sí". Sólo que Kant no se atrevió nunca a sacar la consecuencia demoledora: que jamás podremos tener un Conocimiento del Mundo a partir de la Razón, sino sólo puras versiones suyas, es decir... Creencias. Esto es, que la Filosofía había muerto.

Después de Nietzsche, la Humanidad no ha hecho sino intuir que la Vida, la Realidad y el Ser Humano son tan sólo ficciones, sinsentidos infinitos, pero en cambio, el filosofo alemán se equivocó al decir que en el Espíritu no hay conocimientos, sino interpretaciones, cuando en realidad se puede acceder a ese conocimiento verdadero acerca del Espíritu a través de la Consciencia.

Hans Küng ¿Existe Dios?
Porque Nietzsche y su Superhombre -su Ubermensch- pueden ser interpretados desde dos perspectivas muy distintas. Una es asumirlos como un llamado ateo a la autotransformación del Hombre a partir de sí mismo, negando a aceptar a Dios. La otra perspectiva es interpretar el Ubermensch como un llamado (al hombre) a transformarse, no a partir de sí mismo o de sus impulsos éticos, psíquicos o estéticos; o sea, no a partir de su finitud o "de este Mundo", sino desde su Espiritualidad infinita, trascendente, absoluta y en última instancia religiosa. Una dimensión que reside en ti, pero que -indudablemente- te trasciende, que estando en ti es un "más allá": la noción de Dios (independientemente de que Nietzsche y Heidegger la aceptasen o no); este planteamiento del Superhombre y del Eterno Retorno suponen una disolución radical del Ser platónico-aristotélico y del Yo moderno, no en el Devenir sino en el Infinito, lo Absoluto y lo Incognoscible, es decir, en Dios. Para esto, se requiere de un estado espiritual o místico, para observar que lo ilusorio es un disfraz, porque, tal y como decía Nietzsche, "la razón es sólo un instrumento y Descartes un superficial.”

Extractos de cuatro artículos de E. Gómez.
(Resumidos por Anna Alexandra Alighieri)

¿De qué ríe Zaratustra?

Ante todo de sí mismo porque Zaratustra es la figura del gran despreciador, aquel que está dispuesto a transvalorar todo valor, a reírse de sus propias máscaras; la risa de Zaratustra es universal como la duda cartesiana, pero lejos de conducir a lo constante y permanente, la risa lleva a lo desconocido. Zaratustra ríe de la conciencia de los concienzudos y de los doctos, aquellos ante quienes “todo pájaro yace desplumado”, el ‘ansia de seguridad’ que late en todas las empresas de estos últimos hombres desespera al genio errante de Zaratustra. El espíritu de los hombres superiores aborrece de todo lo seguro y tranquilizador y expulsa como fantasma de la mala conciencia eso que el docto llama ‘seguridad’. El ‘querer seguridad’ o la fuerza de una voluntad asegurante, conduce a la posición del fundamento, es decir, a un ámbito donde la violencia dirige al pensar. Muy por el contrario, la falta absoluta de estabilidad en la vida humana libera los encantos de la risa. Zaratustra se ríe además de los piadosos y compasivos, para él la compasión provoca autoestrangulamiento. El Dios cristiano, el más compasivo de todos, murió por su propia compasión, su amor a los hombres lo mató.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Filosofar con las manos

Filosofar con las manos
No quiero hablar aquí de estética, ni hacer filosofía del arte. No es escultura ni pintura.Vengo a hablar de filosofía. De la visible; no de la intangible, ininteligible.
Hacemos filosofía en cada decisión, en cada acción, en cada paso.
Cuando actuamos con el mundo, la tierra, el mar, el cielo.
La filosofía no se piensa, se hace.
Tiene que ver con la creación. Toda creación es hacer, construir, fabricar objetos.
Se filosofa con el cuerpo, con nuestro modo de estar en el mundo, con nuestro modo de mirar, de caminar, de movernos, de bailar. No se tiene pose de filósofo, se filosofa posando con autenticidad. Sin ser cerebros en cubetas, siendo cuerpos en la realidad.
Quiero hacer filosofía con las manos, quiero crear ideas y acciones, quiero embarrarme en el vivir y mancharme con esa reflexión vivida. Quiero in-corporar mi filosofía. Sino, no es filosofía.
Manualmente construir mis ideas. Darles forma y fondo.
Darle vida a mis pensamientos, prototiparlos, estrellarlos en una pista de pruebas.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Desde la caverna

20131109-124639.jpgDesde la caverna, una cadena de grandes eslabones enmarca una suavidad fría que ya no me perturba como al principio… comodidad identificada desde la inmovilidad…
veo luces y sombras que se proyectan en la pared, les doy nombres, forma, movimiento…marcas de vida que ansío tocar, conocer, salvar de la realidad interior…
y observo un alrededor cubierto de cuerpos con una vida estática, sentimientos desde la oscuridad, cargas repartidas, almas escondidas a los avances condicionados y apariencias sensibles…
por momentos interpreto los golpes de realidad a la que mi personaje se enfrenta con curiosidad… y doy un paso directo para salir de ese espacio cargado de insatisfacción…
y cuesta salir… acceso escarpado que me araña el cuerpo, que mutila mis expectativas y que me angustia…
descubro la luz, el sol, la vegetación, la tierra, las estrellas, el fuego, el agua… me cargo de nuevos colores y de nuevas notas que representan otra realidad, la de la libertad…mi libertad…
vuelvo al interior y transmito mi nueva perspectiva a los que siguen figurando como piezas ensambladas… mi emoción les duele, les alimenta para cubrirme de incredulidad, para reirse de mi estado, para llamar locura a mi nueva perspectiva…
me tambaleo…caigo… paro… es el momento de plantear la decisión de donde quiero estar y quién me va a acompañar para crear mi realidad…
desde la caverna, desde la nueva perspectiva, desde la libertad…desde Platón…

¿Libertad o esclavitud?

Actualmente se cree que el ser humano más libre es aquel que no se compromete con nada, que vive la vida sin compromisos, que no tiene ataduras. Se cree que la fidelidad a un ideal, a un sentimiento, recorta la libertad. De esta manera, apartamos de nosotros los nobles ideales, las formas de vida dignas, los sentimientos, los valores atemporales… que no parecen indicados para esta supuesta libertad moderna. La misma que esconde una terrible esclavitud: vivir bajo las cadenas del miedo, la indecisión, el qué dirán, la incapacidad de elegir vivir unas ideas y unos sentimientos propios. Creemos ser libres porque podemos elegir, pero ¿qué es lo que realmente elegimos? Seamos sinceros y reflexionemos.
La fuerza de los hábitos y las costumbres que impone el materialismo nos dirigen hacia una vida ligera, fácil y divertida, dejamos de vivirla con autenticidad y realización del propio ser. Esto, como nos decía el poeta checo Rainer Maria Rilke, no es progreso en el sentido de la vida, sino renuncia a todas sus posibilidades y amplitudes, y consecuentemente, nos lleva a un empobrecimiento del ser humano. La sociedad nos promete ser libres y únicos, pero con sus pautas y normas, para que todos sigamos la misma estrategia vital, mediante
el consumo, el ingrediente mágico de la fórmula postmoderna de la libertad. 

El mito de la caverna de Platón sigue vigente. Actualmente han decorado la caverna de libertad, y los elementos decorativos más relevantes son:

• Relativismo, muy cómodo, por cierto, porque hace que nadie se moje y adquiera responsabilidad. A cualquier pregunta, la respuesta es “depende”, las normas y las creencias se vuelven acomodaticias según el momento y el arbitrio de cada individuo. Con esta actitud se evaporan las instituciones, se debilitan las ideas y finalmente se pierden las utopías, es decir, la capacidad de soñar con un mundo mejor.
• Hedonismo, ese culto ciego a uno mismo por disfrutar lo máximo a costa de lo que sea. Un egocentrismo puro y duro que nos mantiene fijados en nosotros mismos y nos hace perder el mundo de vista, que apunta hacia la muerte de los ideales, el vacío de sentido y la búsqueda de sensaciones nuevas y cada vez más excitantes.
• Permisividad, todo vale, todo debe probarse, rienda suelta a las sensaciones. Esto arrasa los mejores propósitos e ideales.

Sus sombras, proyectadas en la pared de la caverna, tergiversan la realidad. A la prisión la llamamos libertad, al sexo practicado sin compromiso lo llamamos amor, y al bienestar y nivel de vida los equiparamos con la felicidad. Como nos dice el sociólogo polaco Zigmunt Bauman, la novedad se convierte en buena noticia, la precariedad es ahora un valor, la inestabilidad un ímpetu y la hibridez una riqueza. Animalizar al hombre en aras de no sé qué libertad es uno de los mayores engaños.

martes, 5 de noviembre de 2013

La cobardía de Nietzsche

Hace unos días estuve hablando con un amigo mío tortuga y me dijo que en su próxima vida quiere ser mamífero, concretamente humano, porque cree que como tortuga se está perdiendo muchas cosas. ¡Al menos él es una tortuga auténtica! Pero bueno, entiendo que quiera conocer lo que como tal le resulta inaccesible. Esto de las reencarnaciones es un filón. A ver si me entienden, da gusto creerse estas cosas, las conversaciones sobre futuras nadas eternas dan muchísimo menos juego...

*     *     *     *     *

“Todo va, todo vuelve, eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser. Todo se rompe, todo se recompone de nuevo, eternamente se construye a sí misma la casa del ser. Todo se separa, todo se encuentra de nuevo, eternamente permanece fiel a sí mismo el anillo del ser. En cada instante comienza el ser, en torno a todo “aquí” gira la esfera “allí”. El centro está en todas partes. El sendero de la eternidad es curvo.”
Así habló Zaratustra

Yo soy mucho más cobarde que mi amigo y, además, me pilló en un día nostálgico (que cuándo no es Pascua, pensarán ustedes), así que le respondí que últimamente estoy muy nietzscheana y que me gustaría volver a vivir mi vida. Pero nunca, hasta entonces, tuve a Nietzsche por un tipo cobarde... Igual es que la valiente era yo. ¿A qué venía este arranque de voluntad de poder? ¿No sería extraño que una falsa tortuga fuera el übermensch que viniera a salvarnos del nihilismo? Es curioso lo que una insignificante frase puede hacernos cuestionar...

Todos recordamos a Nietzsche; el filósofo del bigote, el que filosofando a martillazos acabó con las esencias, aquél al que algunos hacen responsable de su propia afición a quemar contenedores... El caso es que Nietzsche nos anunció una época de nihilismo pasivo en la que no pudo más que incluirse, y el nihilismo pasivo es, por definición, cobarde. Así que, si bien su discurso sugiere arrebatos de coraje, no es más que un manual para nosotros, los nihilistas pasivos de doscientos años más tarde, que a lo mejor ya nos va tocando empezar a actuar. Él señaló al nihilismo con el dedo, dijo "mira, el coco", cerró la puerta y siguió escribiendo.

“Lo que narro es la historia de los próximos doscientos años. Describo lo que viene, lo que no puede venir de otra manera: la llegada del nihilismo.”
Genealogía de la moral

Es más, lo de que Dios había muerto tuvo que venir a anunciárnoslo un loco, a pesar de que lo hubiéramos matado entre todos. A lo mejor es que era el único capaz de asumirlo sin correr a esconderse en su cuarto.

El loco, inspirado en Diógenes, que también bajó
al pueblo a buscar hombres con un farol en pleno día
“El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!”
La Gaya ciencia

De repente se quedaban las cosas como son, sin trasmundos de sentido, sin la oposición apariencia-idea tan manida ya. No le vamos a quitar el mérito, yo le agradezco cargarse de un plumazo el dogma metafísico. Reconozcámoslo, la metafísica es preciosa, a mí me encanta, pero es como las metáforas: su exceso hace la realidad vivida muy empalagosa.

Nietzsche hizo muchas cosas bien, no les voy a engañar, yo soy muy fan. La frase que da título a esta reflexión es sugerente y tiene cierto fundamento pero es obvio que responde más a una estrategia de marketing, o al germen de una duda difusa que espero ir resolviendo, que a mi creencia ferviente en que le faltasen arrestos. La transvaloración de los valores, la duda acerca de la validez de los principios éticos, la actitud afirmativa y el vitalismo ante la patente falta de sentido son rasgos evidentemente valientes. No dibujan un personaje apocado y temblequeante que mira al mundo escondido detrás de una puerta a través del ojo de la cerradura, pero estarán conmigo en que, en este marco de pensamiento, el eterno retorno de lo mismo chirría un poco, y eso es lo que me ha hecho replantear el coraje del amigo Friedrich.

¿Qué es el eterno retorno sino una cataplasma contra el síndrome de Peter Pan? El eterno retorno de mi vida es un bálsamo, hasta hoy sé que he podido con todo lo que se me ha puesto delante. Puede que me arrepienta de cosas, claro, como todos, y hay detalles que querría cambiar, ¿quién no? Pero lo que ha pasado ya lo conozco y lo tengo asumido. Desear el eterno retorno de lo mismo es debilidad, miedo a lo desconocido. Canguelo corriente y moliente.

El eterno retorno nos niega el futuro incierto que no sabemos si podremos soportar, nos niega futuros éxitos, claro, pero también futuros fracasos. Elegir el eterno retorno es apostar sobre seguro. Además ¿quién de entre nosotros no querría revivir los momentos de alegría, la despreocupación y curiosidad infantiles, la compañía de gente a la que ya no podemos ver? Los fracasos pasados no han sido tan malos, aquí estamos, ¿no? Pero esos momentos cuyo recuerdo nos enseña qué es eso que buscamos cuando queremos ser felices, esos, deberíamos poder revivirlos cuando quisiéramos. Debería ser un derecho. Lo que no sé si termina de convencerme es que vuelvan si es a costa de negarme nuevos acontecimientos.

Quizá haya que ver qué es esto del eterno retorno un poco más en serio, entender qué decimos cuando hablamos de esto, para ver por qué vida futura nos decantamos. A lo mejor terminamos deseando ser un bicho brillante subacuático afincado en la Fosa de las Marianas.

Podríamos pensar que el eterno retorno es una eterna oportunidad de vivir nuestras circunstancias, como en la película El día de la marmota, un bucle en el que entramos y procuramos actuar cada vez mejor hasta que salgan las cosas como queremos y se rompa el círculo. En esta película, como en tantas otras de igual temática, el protagonista se despierta y todos los días son el mismo. Él sabe de antemano cómo van a ser las cosas y va actuando con esa ventaja. Pasa por varios estados, pero los más relevantes son la sorpresa, la demencia y la moraleja. La sorpresa dura pocos días, él actúa sin terminar de creer que revive el mismo día, actúa como si no tuviera ventaja, incrédulo vive esperando despertar de esa pesadilla y su actitud va pasando de la normalidad a la ira que produce el hartazgo.

La demencia es más llamativa, toma consciencia de que el bucle es real y, no sólo no aprovecha su ventaja para vivir mejor, sino que se embarca en la peligrosa negación de la importancia de sus actos. Total, mañana será el mismo día, cualquier atrocidad, locura o barbaridad que cometa no tendrá importancia alguna, se borrará como rostros en la arena... El centro de la reflexión del protagonista no es la repetición como algo aprovechable en su racionalidad práctica, sino como pérdida de sentido de todo acto, desaparece la importancia de lo que hace. De esto habla Milan Kundera en La insoportable levedad del ser y luego profundizaré un poco sobre esta banalidad de la vida y las acciones a la que sucumbe Bill Murray.

Por último, nuestro protagonista toma las riendas de su vida y acepta que conocer la circunstancia con anterioridad es una ventaja que puede utilizar en beneficio propio. La moralina estadounidense lleva a los espectadores a creer que ese beneficio vendrá con los actos desinteresados. Muy apoyado en la idea de las bienaventuranzas, el protagonista que ceda y no se deje llevar por sus intereses, será el recompensado, conseguirá a la chica y saldrá del bucle porque habrá aprendido una importante lección vital. Pero desde la idea que estamos manejando la moraleja no tendría cabida, el eterno retorno es eso, eterno, nada de lo conseguido perduraría, cada noche nuestros actos serían borrados, la chica desaparecería de la habitación, los favores no serían devueltos ni agradecidos, lo bueno y lo malo perderían sentido. El bucle infinito, si lo es, sólo puede desembocar en el conocimiento de esta existencia inútil y los actos demenciales de la segunda fase.

Este tipo de bucle parece apetecible, la oportunidad de probar tantas estrategias como podamos pensar para obtener el mejor resultado en nuestra vida. Todo aquello que querríamos cambiar de nuestro pasado volvería a nosotros dándonos otra oportunidad. Suena bien, pero recuerden, no se puede salir del bucle, la estrategia correcta se tendría que repetir una y otra e infinitas veces. Quizá el resultado feliz de las primeras veces pierda su valor pasados varios cientos, ¿querríamos vivir innumerables fallos hasta encontrar la sucesión correcta de acontecimientos? ¿Y, una vez hecho el esfuerzo, repetirlo eternamente sin que quepa preguntarse en qué desembocará lo conseguido? Porque, como en La Cenicienta, nuestra vida hace reset y se vuelve de nuevo calabaza en cuanto llega la noche. Visto así, ya no seduce tanto, ¿verdad?


“El mito del eterno retorno viene a decir, per negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan.”
La insoportable levedad del ser
“La carga más pesada.
¿Qué ocurriría si, un día o una noche, un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: “Esta vida, tal como ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla una vez más e innumerables veces más, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, partícula de polvo entre el polvo!” ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esta forma? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: “Tu eres un dios y jamás oí nada más divino”?”
La Gaya ciencia

El retorno de Bill Murray no es retorno de lo mismo, sus acciones cambian, para él cada día es un nuevo día en un mismo marco, con la particularidad de que sus actos no tienen consecuencia. De esto habla Kundera. Nuestra vida pasa sólo una vez y la relevancia de nuestros actos se la llevará el tiempo. La levedad de nuestros actos no nos es patente, es nuestro presente, sus consecuencias nos acompañan siempre, son nosotros mismos. Sin embargo, cuando desaparecemos, a nuestra muerte, ¿qué son sino sombras, como las esencias para Nietzsche, “el último humo de la realidad que se evapora”? Bill Murray se daba cuenta de que no había carga de sentido en sus actos cuando en el despertador volvía a sonar I got you, babe de Sonny & Cher. Ayer no había sido. Pero nosotros no vamos a tener una banda sonora que nos avise, nuestra vida se irá desdibujando hasta llegar a no ser cuando no quede constancia de que hemos sido. Y créanme, pasará.

“La idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.”
La insoportable levedad del ser

Éste es el miedo al que nos lleva la nostalgia; la consciencia de muerte, nuestra finitud no sólo vital sino histórica, el miedo a desaparecer nos invita a desear el eterno retorno. La levedad, la fugacidad no nos son suficientes. Pero ¿deseamos la carga más pesada, el eterno retorno de lo mismo?

“Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad.”
La insoportable levedad del ser

Aquí parece que hemos pinchado en hueso, ha salido la palabra maldita: responsabilidad. Que nuestros actos no importen nos da una libertad encantadora, esa en la que no tienes que hacerte cargo de lo que haces, pero la libertad va siempre acompañada de ser responsable, el precio a pagar en caso contrario ya hemos visto que es ser como si no fuéramos, ustedes verán si les compensa.

Podemos dar la espalda a Friedrich y negar el nihilismo, abrazar cualquier fe, actuar de acuerdo a sus pautas (que, por cierto, son ajenas a nuestra racionalidad práctica) y esperar nuestra recompensa postmortem en algún mundo de esencias y sentidos vitales. Podemos, incluso, hacer otra cosa, para renunciar a la responsabilidad renunciaremos a la libertad, eterno retorno como absoluto determinismo. Eso tampoco nos gusta mucho, ¿no?

Sólo queda entonces apelar a la diferencia expuesta por Mircea Eliade entre “tiempo originario o mítico” y el tiempo que vivimos. Los pobladores de tribus primitivas viven en un tiempo donde sus actos no tienen sentido porque no pasa nada, se da la negación del acontecimiento. Todo lo que ocurre ya ha pasado antes, in illo tempore, a los dioses, los héroes o los ancestros. Todo lo que se vive es sólo una repetición de lo que ellos vivieron, una hierofanía. Los actos humanos son insignificantes, su único sentido es ser reflejo de aquello que ya ha pasado a otros, a esos a los que rendimos pleitesía. Lo único similar a una acción significativa se reduce a los rituales y, aún así, el hombre no es más que el instrumento para repetir lo mítico y traerlo ante nosotros.

Damos así con un eterno retorno en el que nos desembarazamos de la responsabilidad y tenemos cierto margen de libertad, pero volvemos a ese contexto atroz en el que nuestra vida no importa nada. Somos meros actores, personajes secundarios de nuestra propia vida.

Visto lo visto, parece que ninguna de estas propuestas es la que barajaba Nietzsche, él hablaba de eterno retorno de lo mismo; no se puede salir del bucle, no se pueden cambiar los actos, no se puede vivir la vida de otros, no se puede escapar de la libertad y la responsabilidad que va asociada a ella... Si habla de ello como la carga más pesada es por algo. Y es porque, a diferencia de todos los presentados, el de Nietzsche se elige.

“Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.”
La insoportable levedad del ser

“Si esa idea se afianzase en ti, te haría experimentar, tal como eres ahora, una transformación y tal vez te aniquilaría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa: "¿Quieres eso?; ¿lo vuelves a querer?; ¿una vez?, ¿siempre?, ¿hasta el infinito?" pesaría sobre tu obrar como la carga más pesada! O también, ¿cuánto deberías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?”
La Gaya ciencia

Esta elección se apoya en la libertad de uno, en abrazar la responsabilidad que viene con ella. Una vez Dios ha muerto, desvanecido por completo el mundo de las ideas, sólo nos tenemos a nosotros mismos y, al parecer de Nietzsche, elegir la repetición de nuestros actos es la manera más patente de afirmar nuestra vida y abrazar el mundo en lo que es. Ahora bien, ¿cuándo se da esta elección? Podemos, en nuestro lecho de muerte, estar tan contentos con cómo nos ha ido, o simplemente estar cómodos sabiendo que podemos con ello, que queramos revivirlo una y mil veces. A esto me refería hablando con mi amigo. Este deseo no lo mueven lo que Nietzsche llamaría fuerzas activas, no es una aceptación de la realidad, es un cobijo. Esta elección es cobarde y sólo la mueven la nostalgia y el miedo. Elegir el eterno retorno a toro pasado es un modo algo indigno de seguir a Nietzsche, aunque lícito.

Pero ¿cómo elegirlo antes? Parece que esto es lo que nuestro querido Friedrich pretendía, que al tomar una decisión nos movieran fuerzas tan potentes que eligiéramos lo decidido como si fuera a repetirse eternamente, que la consciencia de que dependíamos sólo de nosotros nos impulsara a decidir todo en nuestra vida desde estas coordenadas. Sólo así la decisión sería activa, sólo así abrazaríamos la realidad en lo que es y lo haríamos a bocajarro.


Aunque bien pensado, cabe la opción de andarse siempre con medias tintas, no arriesgar en lo elegido porque desconocer las consecuencias nos lleva a temer su repetición eterna, no jugársela. Esto deja como resultado el eterno retorno de una vida mediocre, donde nada ha costado mucho pero tampoco se ha ganado gran cosa. El übermensch no debería conformarse con migajas, no quiero pensar que el manual para el nihilista del siglo XXI se quedara en esta calma chicha. ¡Qué aburrimiento de eterno retorno! ¡Qué deseo tan templado! ¡Qué vida más gris! Me niego a quedarme esta impresión de Nietszche...

Supongamos el eterno retorno como la elección de todo acto de nuestra vida al modo de una fuerza arrebatadora, actuar como si quisiéramos que cada momento que vivimos volviera a nosotros eternamente. ¡Eso sí que es una vida intensa! Ya no puedo tener a Friedrich como un cobarde, está claro, pero tampoco me parece que lo mueva el valor, parece más osadía, cierta adicción a la adrenalina quizá. ¿Dónde queda el análisis, el sopesar pros y contras, la razón práctica? ¿Dónde queda entonces la mesura? Por mucho que nos apetezcan los momentos en que sólo nos mueve la pasión, por mucho que deseemos una vida vehemente, estos no pueden ser los únicos acontecimientos de nuestra vida. Por mucho que nos pese hay otros tantos que requieren templanza y reflexión para querer que se repitan o para evitar que sean algunas de esas decisiones impetuosas las que vuelvan. No se puede decidir desde el absoluto desconocimiento del futuro que lo que decidamos y todo lo que esto desencadene vuelva a nosotros eternamente, sería tanto como responsabilizarnos de la totalidad de los acontecimientos del mundo.

Amigos, estaba equivocada. Nietzsche no era un cobarde, Nietzsche era un insensato.