La inmortalidad es por mucho uno de los
problemas metafísicos que más han fascinado al ser humano en todas las
épocas, extendiendo los intentos de comprensión a la filosofía, el
pensamiento mágico y el religioso, la ciencia, la literatura y las
artes, siempre buscando resolver este que quizá sea el enigma último al
que todos nos enfrentaremos tarde o temprano: la muerte.
Pero ante de que eso suceda, el problema
se puede estudiar (como de hecho ha sucedido), y qué mejor que hacerlo
con un apoyo millonario que asegura de alguna manera la persistencia en
la investigación y tal vez incluso pronostica la obtención de resultados
prometedores.
Hace unos días, la John Templeton
Foundation (organización filantrópica enfocada en las “grandes
cuestiones” de la humanidad) anunció la concesión de 5 millones de
dólares al filósofo John Martin Fischer, de la Universidad de California
en Riverside, para que emprenda un exhaustivo estudio en torno a todas
las aristas posibles y existentes de la inmortalidad.
“La gente ha estado pensando en la
inmortalidad a través de la historia. Tenemos una profunda necesidad
humana de descubrir qué pasará con nosotros después de la muerte. Mucha
de la discusión ha ocurrido en la literatura, especialmente en la
fantástica y la ciencia ficción, y en teología en el contexto del más
allá, el cielo, el infierno, el purgatorio y el karma. Nadie ha echado
una mirada comprensiva y perdurable a la inmortalidad que una a la
ciencia, la teología y la filosofía”, declaró al respecto Fischer,
ahora investigador principal de The Immortality Project.
Buena parte del dinero se destinará a
proyectos de investigación diversos, entre los cuales se planea estudiar
fenómenos como las experiencias cercanas a la muerte, el llamado
desprendimiento corporal y las “vidas pasadas”; asimismo, se busca
responder a preguntas como si la inmortalidad vale la pena o no, si la
muerte da sentido a la vida o si la existencia ultraterrena será
monótona y aburrida.
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