Los hombres siempre se enamoran de las sirenas. Seres mitológicos, que
no pueden existir. Ella no aceptaba, los no por respuesta. La sirena
existía, y nadaba contra la corriente de la lógica. Las sirenas,
embriagaban a los pobres hombres y los ahogaban, de esa manera
alimentaban su narcisismo, sin límite. Pero ella, nadaba contra la
corriente, y se enamoro de él. Todos se enamoraban de ella, pero ella
solo de él ¿Que tenía él?.Ella se preguntaba, y no encontraba respuesta.
Solo suspiraba. Y él, entonces la vio, ella nadaba contra la corriente.
Fue amor a primera vista, esos amores que recuerdan los trovadores .Se
besaron, una y otra vez. Con cada beso olvidaban sus diferencias, ya no
existían. Y ahora ambos nadaban contra la corriente. Muchas sirenas,
hablan de ella, la que olvido quien era, para ser alguien distinta. Los
hombres recuerdan a ese buzo,
que decidió, sumergirse tras su amor. Pero eso ya no importa, juntos nadan contra la corriente.
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