sábado, 1 de junio de 2013

La libertad

Los filósofos de todas las épocas han tratado de responder que significa para nuestra existencia la libertad. Unos defendieron la idea de libertad absoluta, otros se negaron a aceptar esta idea, poniendo todo sobre el principio de la casualidad o divinidad. Aunque hayan oscilado o no en términos de responsabilidad, la sociedad en que vivían los ha obligado a todos a asumir la responsabilidad de las acciones realizadas. ¿Pero los antiguos pensaban que existe la libertad acompañada de responsabilidad? Los Antiguos creían en dioses que creaban un destino a cada hombre. Los fenómenos preestablecidos han sido puestos inicialmente bajo la voluntad de lo divino pero más tarde los filósofos consideraron que el destino esta más allá de los dioses de la naturaleza y por tanto subordinado a estos. El destino representa "lo que está escrito a suceder", esa fuerza que se apodera de nosotros. En este caso, teóricamente  la responsabilidad no existe, ella no puede ser justificada ya que las personas no eran más que muñecos manejados por las manos del destino implacable. Por eso, en la época medieval, se desarrollará el concepto de libre albedrío, es decir libertad individual de cada persona en la que sus actos lo caracterizan, pudiendo elegir entre los valores de bien y de mal, la moral que consideren dignos de seguir.   Así Dios, el símbolo de la perfección y bondad, ya no era la causa de todo lo que sucede en el mundo y al hombre se convirtió en responsable. Como el desarrollo del libre albedrío fue desarrollado en apoyo al cristianismo, los filósofos ateos lo han desafiado. Uno de ellos, Friederich Nietzsche ve en el libre albedrío una forma de culpar al hombre y de hacerlo necesariamente responsable. Los filósofos no se han parado en la restricciones causadas por el destino y la divinidad. Empezando con el siglo XVI, la ciencia ha evolucionado y se ha hecho hincapié en las leyes de la naturaleza. En filosofía las respuestas se apartaron de la religión y se acercaron al universo como materia. Así nació el determinismo. En general, se basa en la afirmación de que lo que existió, existe o va a existir en el mundo es absolutamente preestablecido. Los deterministas han explicado la existencia de secuencias causales. Sí estas causas y efectos existen siempre, el hombre no tiene libertad, porque esta gobernado por la naturaleza. El físico Laplace decía que si la conciencia sería capaz de desentrañar todas las relaciones causales y toda la historia humana también sería capaz de  predecir el futuro. Hay puntos de vista que han respaldado la libertad absoluta como los existencialistas. Jean Paul Sartre cree que la libertad humana está estrictamente relacionada con la responsabilidad y el poder de elegir, todos reunidos de manera absoluta. "El hombre está condenado a la libertad", nace con el poder de decidir por sí mismo, por lo que siempre las elecciones lo representarán  y si una persona no está satisfecha con su condición, puede escaparse a través de la deserción o el suicidio. Creo que cada persona entiende la libertad de forma diferente. Los antiguos confiaban en el destino, pero nuestra sociedad desarrollada en todos los sentidos nos confirma su inexistencia. ¿Como podría depender del destino? Si existiera  sería más allá de la inteligencia y capacidad humana. No podrías cambiarlo. ¿Pero como puedes cambiar algo que no conoces? Lo que no conoces no te puede afectar. Yo pienso que nacemos con un propósito y lo cumplimos, pero los medios los decidimos nosotros.  El propósito no tiene que ser confundido con el destino. En este sentido, yo diría que el universo se asemeja a una escena con miles de muñecas que cumplen su papel y dependen de un titiritero que las crea y las sacan del juego. Pero si juegan bien o mal, depende del material del que están hechos. Nosotros somos responsables de lo que hacemos . No podemos decir "así debía de ser". Considero que en el destino solo confían los incapaces, los cobardes que no pueden asumir sus errores. Los otros tienen la libertad de ser dueños de sí mismos. Es posible que nuestra sociedad tenga límites por las leyes impuestas. Pero imaginar un a sociedad sin leyes! Una sociedad sin leyes sería un caos donde cada uno miraría por su propio interés, destruyendo sin piedad las libertades de los demás. Hay gente que se apegan de personas e incluso de objetos. Arthur Schopenhauer en una de sus obras, dice que "el mundo es totalmente el producto y expresión de la voluntad, en el tiempo y en el espacio", en referencia a la libertad interior. La voluntad es la que ha creado el intelecto y es la que nos impulsa a actuar. Por eso en la concepción del filósofo alemán  la libertad no existe, aunque ya no hablamos de los límites de los factores externos. Después de todo, la libertad solo la podemos encontrar en nosotros mismos, los limites son imaginarios, nosotros los creamos y los imponemos. Depende de nosotros lo que queremos tomar en cuenta. Claro, en una sociedad las leyes son obligatorias, pero tenemos que asegurarnos nuestros derechos y libertades, lo que en el momento actual sucede. Muchos de nosotros pensamos que la libertad no existe en realidad, por culpa de la dependencias. Pero quizá no nos hemos dado cuenta que las dependencia llevan a la felicidad. ¿No será quizá placentero ser dependiente de la familia, de los amigos o incluso de un objeto? La respuesta es sí por que no hemos nacido para vivir solos, aislados, sin afecto y objetos, sobre todo cuando estamos en una era tecnológica en evolución y sentimos plenamente la necesidad de poseer cosas nuevas. Los humanos y el conocimiento de las tendencias nos puede ofrecer confianza en nosotros mismos, nosotros podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor. Como seres sociales no nos daríamos cuenta de la libertad y la responsabilidad si viviéramos en una oscuridad continua. 

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