La Policía ha capturado esta mañana a
los integrantes de una red de trata de neuróticas de clase media alta
que operaba en Barcelona. “Eran todos de nacionalidad argentina y habían
alquilado un local en el barrio de Pedralbes. Se dedicaban a analizar a
sus víctimas a cambio de dinero” ha explicado uno de los agentes. Al
parecer, las sesiones de terapia estaban diseñadas para que el agredido
volviera una y otra vez a la consulta hasta arruinarse.
“No se anunciaban a lo grande, claro. Procuraban que las vecinas se
recomendaran las sesiones unas a otras. Así es como me engancharon a mí.
Al principio me pedían que les hablara de mi infancia y de mis sueños
recurrentes. Cuando al cabo de tres meses ya lo había contado todo, no
me pedían nada. Sólo que me sentara en el diván e interpretara dibujos.
Pero al final de todo ya ni eso. Yo les decía: ‘qué’. Y ellos
contestaban: ‘qué de qué’. Sí es cierto que me sentía más relajada, pero
ahora me he dado cuenta que era por las siestas que me echaba allí”. El
testimonio de esta víctima anónima que cayó presa de la red hace dos
meses ha servido para conocer la metodología de los psicoanalistas y
detectar otros posibles casos. La Policía recomienda que, para evitar
caer en engaños similares, se desconfíe por regla general de la gente
con perilla que habla de sueños.
Aunque las autoridades no lo han confirmado, algunas fuentes cercanas
a la investigación sospechan que el objetivo último de los
psicoanalistas argentinos era reunir el dinero suficiente para construir
un robot de Sigmund Freud cuya misión sería despertar el inconsciente
colectivo y sembrar el caos en Occidente.
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