lunes, 15 de julio de 2013

El vacío

El vacío parece ser algo psíquico, una sensación del alma (si se quiere poetizar), pero no podemos decir que sea exactamente una “nada”. Yo sospecho que puede ser algo así como un espacio abierto, una vacuidad, un espacio de disponibilidades que exige ser cubierto de inmediato. Quizás haya infinitas clases de vacío, pero yo centraré mi atención sólo en dos porque a mi entender son prácticamente iguales y siempre van de la mano. Estas dos clases de vacío son el psicológico (o la ausencia de objeto deseado) y el vacío metafísico (o la inanidad espiritual). Creo que ambos tipos de vacío se complementan porque conjeturo que provienen de un darse cuenta de la frivolidad de una empresa humana efímera frente a la eternidad divina. El vacío es un tipo de ausencia que provisional o definitiva a veces implica una espera. Es una sensación de vértigo, de desequilibrio, de desencanto, es una pérdida del sentido, un terrible mareo provocado por un sentirse constantemente fuera de lugar, sin lugar...Se puede encontrar el vacío en casi todo. Tanto en la sobrecarga de hechos, acciones y sucesos, como en la falta de ellos. El tiempo es todo lo que tenemos los hombres. Sentimos vacío por ser mortales, tenemos horror a la nada. Porque hay cosas que no están en nuestra mano, que uno no controla, sentimos impotencia. Un conjunto de circunstancias entretejidas, enrevesadas, sin orden... llevan al hombre a sentir el vacío. Aventuro, sin embargo, que este puede estar causado por diversas necesidades o faltas que siempre quedan insatisfechas. Faltar puede ser algo así como no existir la persona o cosa que debiera haber. La necesidad es algo distinto: Es la imposibilidad de que una cosa deje de ser una vez dadas las circunstancias en que se produce. Así pues, creo que lo que el hombre siente es una terrible falta, que cree ilusoriamente necesidad. Yo creo que la falta de comprensión puede provocar el vacío. Si el hombre se siente incomprendido, puede ver como una parte de su ser no puede ser compartida, no puede llenarse. Otra causa del vacío puede ser la falta de compañía. Si el sujeto se siente sólo es también porque hay algo que no puede compartir con el resto. Sabato hace decir a su personaje:
 
... me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. Aunque sea una sola persona. ”
¡Dios mío, no tengo fuerzas para decir qué sensación de infinita soledad vació mi alma! Sentí como si el último barco que podía rescatarme de mi isla desierta pasara a lo lejos sin advertir mis señales de desamparo...”

El hombre puede padecer vacío por temor a la muerte, por falta de conocimiento, por miedo a lo desconocido. Así lo ve Camus: 
 
Por primera vez, después de tanto tiempo, pensé en mamá. Creí comprender por qué al final de su vida se había echado un “novio”, por qué había jugado a recomenzar. ”
Pero todo el mundo sabe que la vida no vale la pena de ser vivida. ”
La vida aparece a la luz de este razonamiento como una larga pesadilla, de la que sin embargo uno puede liberarse con la muerte, que sería, así, una especie de despertar.”

El vacío puede estar provocado por la falta de un porqué último, por el reconocimiento de que el hombre no tiene respuestas para todo, de que hay algo que siempre se nos escapa:

Un azar [...] El azar tenía ya muchas culpas...”
... el azar y la fortuna una vez tan sólo habían cambiado algo.”
 
Sucede a veces que aparece en el hombre la sensación de vacío cuando éste pretende tenerlo todo sujeto, todo ordenado, previsto, cuando siente la falta de control que tiene sobre todo. La falta de interés puede provocar vacío muchas veces, el hombre padece hastío, desaliento, está de vuelta de todo, ya ha vivido y sentido lo suficiente (o así lo cree) para saber cómo acaban las cosas. Este sentimiento es una certidumbre insolente. La costumbre. Porque sin ilusión es imposible vivir, y tampoco tiene sentido morir, todo se torna indiferente. Camus dice a esto:

... después de todo, nada había cambiado.”
... pasaba su tiempo siguiéndome con los ojos en silencio [...] Pero tal era su costumbre. [...] Siempre a causa de la costumbre.”
Dije que sí, pero que en el fondo me daba igual. Me preguntó entonces si no me interesaba un cambio de vida. Contesté que no se cambia nunca de vida, que en cualquier caso todas valen lo mismo.” 

Otro factor que a veces puede provocar el vacío puede ser sentir que los contrarios no se excluyen, sino que, ambos son las caras de un mismo algo que no se ve. Hay una falta de concreción, de acuerdo... No parece haber nada cierto. Camus lo expresa diciendo: 
 
Quedarse o ir venía a ser lo mismo.”
He ahí la imagen de este proceso. ¡Todo es verdad y nada es verdad!”

En el fondo de todas estas faltas yo creo que se esconde un mismo sentimiento: El miedo a... Porque el hombre ocupa un lugar incómodo, como pensaba Hölderlin, no es bestia despreocupada, ni un dios que todo lo sabe, no es mortal ni inmortal... Se encuentra fluctuando sobre un espacio oscuro que apenas conoce, ¿Cómo no sentir miedo con la garganta tan prieta?
Tanto las causas del vacío como el efecto se retroalimentan en un círculo sin fin. Es difícil por este motivo no tomar como consecuencias de esta sensación algunas que en realidad son causas de la misma o viceversa. Sin embargo, y aunque no pueda delimitar por entero y exactamente cada característica de esta sensación, quisiera que pudiéramos hacernos una idea de ella a partir al menos de esbozos con sombras, de dibujos al estilo impresionista, que sólo se comprenden al englobar el conjunto de pinceladas.
Algunas consecuencias de esta sensación pueden ser el desaliento, la frustración, la impotencia, la desazón... El hombre va perdiendo la ilusión que había depositado poco a poco, y le sobran las ganas de cambiar nada... Se encuentra cansado porque se ve siempre culpable de algo o de todo; enuncia y reconoce que no es perfecto, no tiene porqué serlo, y no se lo pide a él mismo, se deja ser... Pero sin embargo encuentra una justificación para cada uno de sus actos (Como hace el protagonista de “El extranjero” de Camus), porque se creen sometidos a examen constante: 
 
Sólo tuve una impresión: estaba ante una banqueta de tranvía y todos aquellos viajeros anónimos espiaban al recién llegado para percibir los detalles ridículos.”
Tuve la extraña impresión de ser mirado por mí mismo.”
La mujer me miró con asombro: seguramente pensó que era loco.”
Al menos puedo pintar, aunque sospecho que los médicos se ríen a mis espaldas, como sospecho que se rieron durante el proceso cuando mencioné la escena de la ventana.”

Se siente que no queda qué esperar, y por ello espera el final, pero es una espera ansiosa, debida a la necesidad de nada y de algo que llegue a cambiar lo que hay. El hombre que padece esta sensación de vacío se sabe inútil para hacer grandes cambios y para él vivir consiste en construir futuros recuerdos, en ansiar. Y resuelve arrojarse a la nada absoluta y eterna, al sin sentido, y dejarse llevar sintiendo formas nuevas de tristeza y haciendo de la costumbre su forma de vida.
 
El vacio - una sensación que al hombre le es muy difícil controlar, casi imposible, que no entiende las más de las veces, pero con la que tiene que vivir. ¿Cómo puede el hombre existir de este modo? Tan callado para hacerse cargo del silencio, o tan hablador para ocultarlo... El hombre tiene miedo... No le sirven los grandes edificios, las enormes aglomeraciones, ni los vecinos, ni un abrazo... Nada parece válido para vencer al vacío. Porque el vacío es constitutivo del ser. La desesperación que siente el hombre por ser entendido, porque lo comprendan, no la calma con nada: ni con compañía, ni sin ella, ni con fe, ni con razón...Ha de cargar con la pesada piedra de sus sentimientos. Puede hacerlo. Debe hacerlo. Sólo queda pues, hacerse cargo de esto, como de tantas otras de nuestras características: asumirla, que no combatirla, hacerla más nuestra, intentar conocerla, afrontarla... Y así, quizás sólo así, entenderla, respetarla y dejarla ser. Al hombre sensato que siente vacío, sólo le queda sobrevivir.

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