«B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.»
(Miguel de Cervantes, Diálogo entre Babieca y Rocinante).
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.»
(Miguel de Cervantes, Diálogo entre Babieca y Rocinante).
—¡Y cuando nazca tu hijo, qué! ¿le vas a dar de comer metafísica?
El agudo e hiriente reproche ronda mi recuerdo, No es extraño, hace pocos minutos que terminaste la discusión, Lo sé, pero lo que intento decir es que son palabras que han sonado con mucho ímpetu en ese rincón olvidado del cuerpo donde ahora retumba su eco perenne, Nunca había tenido tanta fuerza la palabra metafísica para ti, Efectivamente, incluso si mi mujer hubiera generalizado su punzante sarcasmo y en vez de haber soltado metafísica hubiera dicho filosofía no habría tenido el efecto nocivo que se ha creado en mi espíritu, La denuncia hacia tu ignominiosa situación no sólo debería haberte hundido en absoluto mutismo, sino que incluso debería haberte apagado el pensamiento, Pero mírame charlando en silenciosa reflexión con mi persona, Lo peor es que empiezas a trabajar en tu cabecita la idea de poder vivir de metafísica, O de filosofía si nosotros sí nos atrevemos a generalizar, No es una insensatez, finalmente ya muchas veces con anterioridad te has alimentado de conceptos, aunque es cierto que nunca quedaste satisfecho, Te imaginas un banquete en el que comieras como aperitivo el «cogito ergo sum» de Descartes, para pasar a un segundo plato que incluiría la «sustancia individual» de Leibniz aderezado con la escéptica «cuestión de hecho» de Hume, y de plato fuerte, para dar gusto hasta al comensal más refinado, podrían servirse las «categorías» de Kant. Se colocarían en el centro para que todos pudieran probar un pedacito de cada una, Sería toda una cena de gala, pero ahora imagina que se trata de una comida informal que tienes que preparar con prisa para volver al trabajo diario, Pues en ese caso se podría descongelar en el microondas al primer Wittgenstein, pero como es muy picoso y hasta duro de roer, no hay que abusar de este platillo porque puede causar indigestión, Supongo que en ocasiones muy especiales como en Navidades se sacarían cosas exclusivas como la «physys» de Aristóteles o un mito de Platón, Efectivamente y así uno a uno los conceptos, tratados y filósofos irían satisfaciendo el apetito; aunque habría personas que nunca se llenarían por completo. La gula sería inevitable.
El agudo e hiriente reproche ronda mi recuerdo, No es extraño, hace pocos minutos que terminaste la discusión, Lo sé, pero lo que intento decir es que son palabras que han sonado con mucho ímpetu en ese rincón olvidado del cuerpo donde ahora retumba su eco perenne, Nunca había tenido tanta fuerza la palabra metafísica para ti, Efectivamente, incluso si mi mujer hubiera generalizado su punzante sarcasmo y en vez de haber soltado metafísica hubiera dicho filosofía no habría tenido el efecto nocivo que se ha creado en mi espíritu, La denuncia hacia tu ignominiosa situación no sólo debería haberte hundido en absoluto mutismo, sino que incluso debería haberte apagado el pensamiento, Pero mírame charlando en silenciosa reflexión con mi persona, Lo peor es que empiezas a trabajar en tu cabecita la idea de poder vivir de metafísica, O de filosofía si nosotros sí nos atrevemos a generalizar, No es una insensatez, finalmente ya muchas veces con anterioridad te has alimentado de conceptos, aunque es cierto que nunca quedaste satisfecho, Te imaginas un banquete en el que comieras como aperitivo el «cogito ergo sum» de Descartes, para pasar a un segundo plato que incluiría la «sustancia individual» de Leibniz aderezado con la escéptica «cuestión de hecho» de Hume, y de plato fuerte, para dar gusto hasta al comensal más refinado, podrían servirse las «categorías» de Kant. Se colocarían en el centro para que todos pudieran probar un pedacito de cada una, Sería toda una cena de gala, pero ahora imagina que se trata de una comida informal que tienes que preparar con prisa para volver al trabajo diario, Pues en ese caso se podría descongelar en el microondas al primer Wittgenstein, pero como es muy picoso y hasta duro de roer, no hay que abusar de este platillo porque puede causar indigestión, Supongo que en ocasiones muy especiales como en Navidades se sacarían cosas exclusivas como la «physys» de Aristóteles o un mito de Platón, Efectivamente y así uno a uno los conceptos, tratados y filósofos irían satisfaciendo el apetito; aunque habría personas que nunca se llenarían por completo. La gula sería inevitable.
En vez de salir a los supermercados, la gente tendría que ir de
compras a las bibliotecas para abastecerse, Claro, pero no se podrían
comprar esta serie de alimentos por kilos, sería injusto; su precio debe
valorarse de forma diferente, No entiendo, Es que hay libros
filosóficos que tienen cientos de páginas de muy mal sabor, mientras que
existen unos pequeños que son todo un manjar, ¡Ah! ya veo: no puede
compararse la phrónesis aristotélica expuesta en breves páginas del
libro sexto de Ética para Nicómaco cuyo sabor siempre es excelente, con
todas las argumentaciones del utilitarismo de Bentham y Stuart Mill
juntos, que sólo son agradables al paladar cuando se condimentan con los
ingredientes adecuados, Lo que nunca faltaría en el hogar y se
compraría mucho por sus precios asequibles, sería toda la literatura
secundaria que ayudaría a salir del paso descongelándola en pocos
minutos cuando se tiene que comer con prisa, Sí, pero siempre serían
mejor los platillos con sus autores originales, que aunque fueran más
costosos y llevase más tiempo su preparación, de hacerlo con destreza
culinaria, el buen sabor de boca perduraría deleitablemente, Los precios
dependerían mucho también de las temporadas, pues en invierno que es
una época un tanto melancólica se pondrían de oferta los
existencialistas, mientras que en temporadas de lluvia y abundancia
bajarían de precio los analíticos, Desde esa perspectiva en San Valentín
estaría de rebaja el diálogo sobre Eros de Platón, o El Arte de amar de
Fromm y se podrían ofrecer en cenas románticas bajo la luz de las
velas, Finalmente se desprendería todo un mercado competidor de
productos gastronosóficos que giraría en torno a las editoriales. Así
los que fueran a las bibliotecas a hacer la compra de la semana en plan
ahorro máximo, comprarían, por ejemplo, las meditaciones de Descartes de
Austral en vez de la de Adam y Tanery, que aunque son de calidades
distintas, en cuanto a su consistencia, no se notaría diferencia, Sin
olvidar que los productos importados sólo podrían entrar al mercado
cuando pasasen la aprobación de calidad y traducción para evitar
epidemias de desorientación o indigestiones conceptuales por parte de
las personas menos preparadas.
No vendrían en paquetes o en latas, sino que sus envases serían las
sólidas tapas de los libros. Y el diseño de este recipiente tampoco
tendría mucho que ver con la calidad de los alimentos, aunque
ciertamente los harían más o menos llamativos, Tendríamos un libro en la
alacena para tomarnos un tazón del materialismo dialéctico por las
mañanas, junto a otro que contendría el anarquismo de Bakunin (alimento
que generalmente revolvería el estómago por haberlo embalado rápido y
sin finalizar completamente su cocción), Las enciclopedias filosóficas
serían una especie de cestas de navidad que incluyen muchos y preciados
alimentos. A éstas siempre se podría acudir si se tiene ganas de algún
buen aperitivo, O incluso de una comida ya en forma, como en la cesta de
Ferrater Mora que es un regalo preciado y que contiene alimentos
abundantes y de buena calidad.
Afortunadamente, como su nombre indica, la metafísica está hecha de
un material que perdura; al no ser físico, palpable, no puede gastarse;
es inextinguible, Tal vez ese sea el único alimento que termine con el
hambre en el mundo, Sólo hay que encontrar la manera en que esos
conceptos se materialicen de tal forma que la gente pueda alcanzarlos y
usarlos, Y entonces sí ¡A vivir de filosofía…!
…Pero mientras que tu pensamiento se cristaliza en su burbuja de
imaginación, rueda, se resbala y cae, el cristal se rompe en el duro
suelo de la realidad. Lo mejor será que trabajes duro, Aunque lejano,
Pero consciente de hacer lo mejor, Ganar dinero, No queda de otra, Sólo
así podrás alimentar a ese niño con más manzanas, Pero no por eso, de
menos metafísica, O de filosofía si nosotros sí nos atrevemos a
generalizar.
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