España 1960. Es el inicio del desarrollo español. La industria se
reajusta, y muchos obreros son despedidos. Martín es uno de ellos. Vive
con su mujer, Pilar, y su hijo, Pablo, de cinco años, compartiendo el
sótano de sus padres, porteros de la finca. La situación provoca que,
con el impulso de Marcos, amigo de Martín, decidan emigrar a Suiza,
aunque sin contrato de trabajo y haciéndose pasar por turistas en la
aduana. Pilar y Pablo se marchan un año después, uniéndose a Martín en
una vida muy diferente a la que dejan detrás. El pequeño Pablo se
enfrentará a cambios drásticos en poco tiempo: ver marchar a su padre,
cambiar también él de país, crecer en un entorno diferente, aprender
otro idioma… Sin embargo, allí tendrán una vida tan feliz y cómoda que
lo duro será volver a España.
lunes, 20 de enero de 2014
Un franco, 14 pesetas película completa
http://mispeliculasenlinea.blogspot.com.es/2012/10/un-franco-14-pesetas-2006.html
sábado, 11 de enero de 2014
martes, 7 de enero de 2014
Actualidad del pensamiento platónico
1) ÉTICA Y POLÍTICA
Para Platón, sólo el filósofo conoce cómo es la realidad y los valores que rigen la vida moral y política, por tanto, él debe gobernar el Estado. Esta es la base de su rechazo a la democracia, donde gobiernan los ignorantes (el pueblo), aconsejados por ignorantes que carecen del verdadero saber (los sofistas). Además, el problema de la corrupción llevó a Platón a tomar medidas extremas como privarlos de familia y propiedades particulares. En la actualidad, nos preocupa el mismo problema, y aspiramos a un político justo en lo moral y en lo político.
Más fácil es estar de acuerdo con el ateniense en el papel de la razón y la justicia en la vida pública. Las leyes y decisiones políticas deben tomarse racionalmente, y desde luego deberían perseguir como fin fundamental la justicia.
2) LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN Y LOS VALORES MORALES Y POLÍTICOS
En Platón, la educación es fundamental para mejorar al hombre, y crear no sólo buenos gobernantes, sino en general, buenos ciudadanos.
Nuestros estados establecen una educación obligatoria, cada vez más prolongada, para tener ciudadanos mejor preparados profesional, moral y políticamente. Además, se tratan de difundir valores cívicos como el respeto a la libertad, igualdad, solidaridad, etc.
3) LA FUNDAMENTACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
Platón trataba, frente a los sofistas, de justificar que existían valores universales y necesarios.
En la actualidad, nosotros queremos justificar la validez de los derechos humanos como normas de conducta, frente a quienes niegan su valor universal, acusándolos de ser valores occidentales.
Por otra parte, frente a quienes justifican el poder político y los derechos en ideas religiosas, nosotros buscamos una justificación racional de los mismos, como hizo Platón, si bien no aceptaríamos hoy su Teoría de las Ideas, y fundamentaríamos el poder político y los derechos en el diálogo y el consenso.
4) EL SISTEMA PENITENCIARIO
Los castigos que hoy se imponen a los delincuentes pretenden reeducarlo y reinsertarlo en la sociedad, especialmente al menor de edad. Esto es coincidente con el intelectualismo moral que los griegos mantenían en general, y según el cual la maldad procede de la ignorancia. Platón decía que las penas que imponía la justicia mejoraban al hombre, nosotros diríamos que las penas mejoran al hombre psicológicamente (psique=alma).
Sin embargo, hay que reconocer que en realidad las cárceles funcionan a veces como escuelas de delincuentes, en las que los internos aprenden y acaban después practicando diferentes modalidades delictivas.
5) LAS MODERNAS TECNOLOGÍAS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Internet ha creado en los últimos años todo un mundo nuevo. Como en la caverna platónica, muchas personas viven en Internet relaciones virtuales con personas de las que todo lo que saben es lo que aparece en el monitor de su pc.
Por otra parte, a través de los medios de comunicación muchas personas viven en un mundo deformado de sombras, preocupados, como decía Platón, solamente de cosas de poco valor. El periódico más vendido en España es un diario deportivo: mucha gente sabe todo sobre jugadores, entrenadores, competiciones, etc., mientras que no sabemos mucho acerca de lo que de verdad nos concierne.
6) LA NUEVA CAVERNA: LOS CENTROS COMERCIALES
En La caverna, novela del portugués José Saramago, las sombras platónicas son los objetos de consumo, que todos perseguimos con gran interés, convencidos como estamos de que nuestra felicidad depende de la cantidad de objetos que podamos permitirnos consumir.
Para Platón, sólo el filósofo conoce cómo es la realidad y los valores que rigen la vida moral y política, por tanto, él debe gobernar el Estado. Esta es la base de su rechazo a la democracia, donde gobiernan los ignorantes (el pueblo), aconsejados por ignorantes que carecen del verdadero saber (los sofistas). Además, el problema de la corrupción llevó a Platón a tomar medidas extremas como privarlos de familia y propiedades particulares. En la actualidad, nos preocupa el mismo problema, y aspiramos a un político justo en lo moral y en lo político.
Más fácil es estar de acuerdo con el ateniense en el papel de la razón y la justicia en la vida pública. Las leyes y decisiones políticas deben tomarse racionalmente, y desde luego deberían perseguir como fin fundamental la justicia.
2) LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN Y LOS VALORES MORALES Y POLÍTICOS
En Platón, la educación es fundamental para mejorar al hombre, y crear no sólo buenos gobernantes, sino en general, buenos ciudadanos.
Nuestros estados establecen una educación obligatoria, cada vez más prolongada, para tener ciudadanos mejor preparados profesional, moral y políticamente. Además, se tratan de difundir valores cívicos como el respeto a la libertad, igualdad, solidaridad, etc.
3) LA FUNDAMENTACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
Platón trataba, frente a los sofistas, de justificar que existían valores universales y necesarios.
En la actualidad, nosotros queremos justificar la validez de los derechos humanos como normas de conducta, frente a quienes niegan su valor universal, acusándolos de ser valores occidentales.
Por otra parte, frente a quienes justifican el poder político y los derechos en ideas religiosas, nosotros buscamos una justificación racional de los mismos, como hizo Platón, si bien no aceptaríamos hoy su Teoría de las Ideas, y fundamentaríamos el poder político y los derechos en el diálogo y el consenso.
4) EL SISTEMA PENITENCIARIO
Los castigos que hoy se imponen a los delincuentes pretenden reeducarlo y reinsertarlo en la sociedad, especialmente al menor de edad. Esto es coincidente con el intelectualismo moral que los griegos mantenían en general, y según el cual la maldad procede de la ignorancia. Platón decía que las penas que imponía la justicia mejoraban al hombre, nosotros diríamos que las penas mejoran al hombre psicológicamente (psique=alma).
Sin embargo, hay que reconocer que en realidad las cárceles funcionan a veces como escuelas de delincuentes, en las que los internos aprenden y acaban después practicando diferentes modalidades delictivas.
5) LAS MODERNAS TECNOLOGÍAS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Internet ha creado en los últimos años todo un mundo nuevo. Como en la caverna platónica, muchas personas viven en Internet relaciones virtuales con personas de las que todo lo que saben es lo que aparece en el monitor de su pc.
Por otra parte, a través de los medios de comunicación muchas personas viven en un mundo deformado de sombras, preocupados, como decía Platón, solamente de cosas de poco valor. El periódico más vendido en España es un diario deportivo: mucha gente sabe todo sobre jugadores, entrenadores, competiciones, etc., mientras que no sabemos mucho acerca de lo que de verdad nos concierne.
6) LA NUEVA CAVERNA: LOS CENTROS COMERCIALES
En La caverna, novela del portugués José Saramago, las sombras platónicas son los objetos de consumo, que todos perseguimos con gran interés, convencidos como estamos de que nuestra felicidad depende de la cantidad de objetos que podamos permitirnos consumir.
Actualidad: Ortega y Gasset
1.- EL PAPEL DE LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN
El texto de Ortega critica el culturalismo, la concepción racionalista de la cultura. Para él, la cultura o surge de inquietudes e intereses vitales o se convierte en algo ajeno, falso y extraño al hombre, que este abandonará. El racionalismo se ha empeñado en perpetuar la vigencia de unos contenidos culturales que recibirán todas las generaciones a las que, por tanto, les resultara cada vez más ajenos. La cultura debe incluir unos contenidos que el hombre en cada época sienta como fruto de su tendencia a la verdad, el bien y la belleza.
Hoy se critica un alejamiento de la sociedad de los contenidos culturales tradicionales, una especie de "embrutecimiento" o "desalfabetización". ¿No se estarán ofreciendo unos contenidos culturales anquilosados, esclerotizados por la acción de una razón perenne que ha olvidado lo vital? ¿No deberíamos reformular esos contenidos"fundamentales" para que, conectados con la vida, resulten significativos? La reflexión orteguiana sobre el lugar de la cultura y su relación con la vida proporcionan material para cuestiones que siguen vigentes.
Lo anterior puede aplicarse a los criterios de la Administración para elegir los contenidos curriculares que deben enseñarse. ¿Tiene sentido proponer contenidos no significativos, que no dicen nada a quienes teóricamente deberían interesarse por ellos? ¿Existen contenidos interesantes por sí mismos que deben enseñarse caiga quien caiga? Esta posición pedagógica podría ser una expresión del culturalismo criticado por Ortega.
2.- El PAPEL DE LA VIDA POLÍTICA
La vida política de su tiempo, oligárquica y caciquil, expulsa de sí a la sociedad a la que ni ofrece respuestas ni deja participar. Hoy hablamos de la"clase política", grupo de "profesionales de la política" que parecen ocuparse más de sus propios asuntos que de lo que preocupan a la sociedad. La consecuencia suele ser el desinterés de los ciudadanos por todo lo que huela a política. Los bajos índices de inscripción en los partidos políticos o sindicatos, y la baja participación en muchas consultas electorales prueban ese desinterés reactivo al desinterés de la clase política. Otra consecuencia es el auge de organizaciones políticas alejadas de los partidos tradicionales y que se presentan como alternativas que "responden a las necesidades de los ciudadanos" (ONGs). El auge de los totalitarismos que Ortega vivió se produjo también en un ambiente de crisis política. Por ello, las críticas de Ortega a la vida política de su tiempo, una política alejada de la vida concreta, así como sus propuestas de superación, siguen siendo vigentes.
3.- LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Según Ortega, la verdad integral solo surgirá de la unión de las verdades parciales proporcionadas por todas las perspectivas: todos tenemos algo que decir porque toda vida es un punto de vista insustituible. Todos, individuos, pueblos, culturas, desde nuestra perspectiva tenemos derecho a participar en el diálogo y en la toma de decisiones en el ámbito estatal e internacional. Es necesario, por tanto, articular sistemas e instituciones que permitan la participación y el encuentro entre individuos, pueblos y culturas.
4.- LA DIVERSIDAD CULTURAL
La doctrina del punto de vista es un antídoto perfecto para todo tipo de etnocentrismo, que niegue el valor de culturas distintas a aquella en la que se ha nacido. Ortega argumenta dos razones: todo hombre tiene una perspectiva que le permite ver una verdad parcial y, en segundo lugar, al estar en una circunstancia, ningún ser humano puede acceder a toda la verdad: la intersubjetividad y el diálogo se imponen. Sólo con la participación de todos se podrá llegar a una verdad intersubjetiva lo más completa posible. Ninguna verdad puede despreciar a otras. El perspectivismo es un instrumento vigente para articular la convivencia en sociedades cada vez más multiculturales.
5.- EL VALOR DE LA HISTORIA
El perspectivismo incide en el debate sobre el valor del estudio y enseñanza de la historia. En todo momento histórico el hombre ha encontrado una parte de verdad que posteriores momentos históricos han olvidado. Su conocimiento nos acercará a partes de la verdad a las que nuestra circunstancia nos impide acceder. La historia es, por tanto, un medio privilegiado para el enriquecimiento personal y social.
El texto de Ortega critica el culturalismo, la concepción racionalista de la cultura. Para él, la cultura o surge de inquietudes e intereses vitales o se convierte en algo ajeno, falso y extraño al hombre, que este abandonará. El racionalismo se ha empeñado en perpetuar la vigencia de unos contenidos culturales que recibirán todas las generaciones a las que, por tanto, les resultara cada vez más ajenos. La cultura debe incluir unos contenidos que el hombre en cada época sienta como fruto de su tendencia a la verdad, el bien y la belleza.
Hoy se critica un alejamiento de la sociedad de los contenidos culturales tradicionales, una especie de "embrutecimiento" o "desalfabetización". ¿No se estarán ofreciendo unos contenidos culturales anquilosados, esclerotizados por la acción de una razón perenne que ha olvidado lo vital? ¿No deberíamos reformular esos contenidos"fundamentales" para que, conectados con la vida, resulten significativos? La reflexión orteguiana sobre el lugar de la cultura y su relación con la vida proporcionan material para cuestiones que siguen vigentes.
Lo anterior puede aplicarse a los criterios de la Administración para elegir los contenidos curriculares que deben enseñarse. ¿Tiene sentido proponer contenidos no significativos, que no dicen nada a quienes teóricamente deberían interesarse por ellos? ¿Existen contenidos interesantes por sí mismos que deben enseñarse caiga quien caiga? Esta posición pedagógica podría ser una expresión del culturalismo criticado por Ortega.
2.- El PAPEL DE LA VIDA POLÍTICA
La vida política de su tiempo, oligárquica y caciquil, expulsa de sí a la sociedad a la que ni ofrece respuestas ni deja participar. Hoy hablamos de la"clase política", grupo de "profesionales de la política" que parecen ocuparse más de sus propios asuntos que de lo que preocupan a la sociedad. La consecuencia suele ser el desinterés de los ciudadanos por todo lo que huela a política. Los bajos índices de inscripción en los partidos políticos o sindicatos, y la baja participación en muchas consultas electorales prueban ese desinterés reactivo al desinterés de la clase política. Otra consecuencia es el auge de organizaciones políticas alejadas de los partidos tradicionales y que se presentan como alternativas que "responden a las necesidades de los ciudadanos" (ONGs). El auge de los totalitarismos que Ortega vivió se produjo también en un ambiente de crisis política. Por ello, las críticas de Ortega a la vida política de su tiempo, una política alejada de la vida concreta, así como sus propuestas de superación, siguen siendo vigentes.
3.- LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Según Ortega, la verdad integral solo surgirá de la unión de las verdades parciales proporcionadas por todas las perspectivas: todos tenemos algo que decir porque toda vida es un punto de vista insustituible. Todos, individuos, pueblos, culturas, desde nuestra perspectiva tenemos derecho a participar en el diálogo y en la toma de decisiones en el ámbito estatal e internacional. Es necesario, por tanto, articular sistemas e instituciones que permitan la participación y el encuentro entre individuos, pueblos y culturas.
4.- LA DIVERSIDAD CULTURAL
La doctrina del punto de vista es un antídoto perfecto para todo tipo de etnocentrismo, que niegue el valor de culturas distintas a aquella en la que se ha nacido. Ortega argumenta dos razones: todo hombre tiene una perspectiva que le permite ver una verdad parcial y, en segundo lugar, al estar en una circunstancia, ningún ser humano puede acceder a toda la verdad: la intersubjetividad y el diálogo se imponen. Sólo con la participación de todos se podrá llegar a una verdad intersubjetiva lo más completa posible. Ninguna verdad puede despreciar a otras. El perspectivismo es un instrumento vigente para articular la convivencia en sociedades cada vez más multiculturales.
5.- EL VALOR DE LA HISTORIA
El perspectivismo incide en el debate sobre el valor del estudio y enseñanza de la historia. En todo momento histórico el hombre ha encontrado una parte de verdad que posteriores momentos históricos han olvidado. Su conocimiento nos acercará a partes de la verdad a las que nuestra circunstancia nos impide acceder. La historia es, por tanto, un medio privilegiado para el enriquecimiento personal y social.
Actualidad: Descartes
En
cuanto a la
actualidad de Descartes podemos, partiendo del Discurso del
Método, comentar los siguientes temas que se presentan en
nuestra sociedad. Descartes fue el primero en conseguir la autonomía de
la razón, además, ajena a las exigencias de la fe. La concepción
iniciada por Descartes abrió el camino que desembocaría en los grandes
proyectos de ciencia y tecnología.
Matematización
y desarrollo científico e informático.
La
parte II del Discurso propone un método y un criterio de
verdad heredero del matemático, con el que Descartes cree que todas las ciencias
conseguirán éxitos. La matematización de lo
científico y, por tanto, de lo real, es una característica que desde entonces
ha impregnado casi todos los ámbitos de la cultura occidental europea y
americana. El
conocimiento de cómo son las cosas se consigue cuantificando y descubriendo la
ley que expresa las relaciones entre esas cantidades. Los
descubrimientos científicos (física, química, biología…) y
todas las aplicaciones técnicas (ingeniería, medicina…) han sido tales que la
fe en la religión ha sido sustituida por la fe en la ciencia. La salvación está en la ciencia. Por ello todos los gobiernos
insisten en invertir en investigación científica.
La informática es la última expresión de la
actualidad del proyecto cartesiano. Tanto es así que se habla del “mundo
digital”, de un mundo expresado únicamente con ceros y unos. Cuando estamos
frente a un ordenador estamos frente a lo que Descartes calificaría de modelo
perfecto de conocimiento: un marco absolutamente axiomatizado en el que a
partir de unos primeros principios se deduce todo lo demás. En un ordenador no
hay contradicciones, si el programa no funciona es porque está mal diseñado.
Autonomía
de la razón, laicización y ciencias sociales y humanas.
La matematización por sí
sola no hubiera propiciado el desarrollo científico si Descartes no hubiera
defendido a la vez la autonomía de la razón. Sólo una razón que se separa de
cualquier creencia, una razón pura, es la que puede llegar a la verdad.
Descartes se convierte así en la referencia básica del proceso de laicización.
Una vez que la razón se ha separado de la fe y el mundo físico ha dejado de ser
el fruto de la creación divina, la ciencia encuentra un nuevo campo en el que
descubrir leyes sin que tengan que ser testadas por ninguna autoridad distinta
de la propia experiencia. Desarrollo científico y laicización son, al menos en
Europa, procesos paralelos, aunque esta lucha de la razón por separarse de la
presión de la fe se sigue manteniendo (intento del creacionismo estadounidense
por eliminar la enseñanza del evolucionismo en las escuelas, la crítica del
Vaticano a la investigación genética…). Incluso las ciencias sociales y humanas no han podido evitar verse ligadas a la matematización.
Pero la separación razón-fe no
ha traído sólo el
desarrollo, sino que ha contribuido a la
aparición de posiciones ateas, y agnósticas. Aunque la razón, según
Descartes, llega a la
certeza de Dios, la modernidad ha perdido el optimismo racionalista: el
hombre contemporáneo ya no cree en una razón tan poderosa para afirmar
de modo claro y distinto la existencia o no de Dios. Es decir, el
racionalismo optimista ha desembocado en un racionalismo agnóstico.
Autonomía
de la razón e individualismo.
El Discurso del
Método deja claro que el sujeto (“pensante”) es quien se impone como criterio
de verdad. “Es verdad lo que mi criterio racional decide que es verdad”.
Pocas afirmaciones tan contundentes se
han hecho en la historia del pensamiento, afirmaciones, por otro lado, alejadas del
relativismo. Descartes no defiende un subjetivismo relativista, sino
racionalista. La razón es la misma en todos los hombres. Es ahí donde se
encuentran las raíces del individualismo del que tanto se ha criticado a la
sociedad moderna, y de la reivindicación de la igualdad de dignidad y derechos
para todos los hombres.
La
verdad y el genio maligno.
Ideas como la sospecha de que nuestra realidad sea un mero sueño ha
sido retomada por varias películas. El argumento de la indistinción entre sueño y vigilia
se refleja en Abre los ojos, de Alejandro Amenábar. El director nos presenta
el tormento del protagonista, incapaz de distinguir cuándo está
viviendo y cuándo está soñando que vive. El argumento del genio maligno es actualizado en Matrix, que nos describe un mundo habitado por hombres que, creyendo conocer
a través de sus sentidos un mundo sensible, realmente sólo son controlados por un sistema informático. Es decir, unos
hombres a los que un genio maligno, interpretado como un inmenso ordenador,
engaña, escondiendo la verdadera realidad.
El
dualismo antropológico.
Descartes establece un dualismo entre cuerpo y alma: ambas
son independientes y pueden existir por sí solas; su unión tan solo
puede inducir a error al alma (res cogitans) al ser limitada por la
parte física (el cuerpo, la materia, la res extensa).
Hoy en día, la ciencia y más en concreto la neurociencia han establecido que ambas son sólo una, y por tanto todo queda reducido a materia (cerebro + cuerpo). Si se daña el cerebro, ésto afectaría a nuestra parte física (visión, movimiento, etc.)
Por otro lado, el cristianismo sí que defiende la existencia de un cuerpo independiente del alma, doctrina según la cual el alma es inmortal, y nuestra vida tan solo sería un camino para la salvación del alma.
Hoy en día, la ciencia y más en concreto la neurociencia han establecido que ambas son sólo una, y por tanto todo queda reducido a materia (cerebro + cuerpo). Si se daña el cerebro, ésto afectaría a nuestra parte física (visión, movimiento, etc.)
Por otro lado, el cristianismo sí que defiende la existencia de un cuerpo independiente del alma, doctrina según la cual el alma es inmortal, y nuestra vida tan solo sería un camino para la salvación del alma.
Actualidad: Nietzsche
1. ATEÍSMO Y ANTIATEÍSMO.
Nuestra
cultura se caracteriza por vivir de espaldas a Dios, a la religión. El
cristianismo y sobre todo el catolicismo, han perdido la influencia que
tuvieron en el pasado. La creencia en Dios es menos sólida y ahora el
ser humano la entiende según sus criterios subjetivos. El
distanciamiento entre la doctrina de la jerarquía eclesiástica y la de
los creyentes es cada vez mayor.
Se
acentúa la tendencia a una religión a la carta que se adopta y modifica
en función de intereses personales y circunstanciales, y que convierte a
la religión en un artículo más de consumo. Esta situación tiene una de
sus causas en “la muerte de Dios” propugnada por Nietzsche.
2. EL VITALISMO.
La
“razón” en la filosofía critica la valoración negativa de la vida que
había propagado el pensamiento occidental, y apuesta por la vida y una
moral que gira en torno a ella . Se trata de vivir el momento, de
renunciar a que la trascendencia sea el único sentido de vivir, y de
buscar dicho sentido en la propia vida. Consecuencias, probablemente
vulgarizadas e irreflexivas de este vitalismo, se encuentran en la
actual identificación de la felicidad con lo material (dinero,
consumismo, poder, sexo, etc.) en el culto al cuerpo y a la imagen; en
la búsqueda de la eterna juventud; en el deseo de inmortalidad
aumentando la esperanza de vida…
3. LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA. LA IMAGEN FRENTE AL CONCEPTO.
Si la
realidad tiene un carácter dinámico y cambiante, es perspectiva. Por eso
Nietzsche frente a la unidad y objetividad del concepto, afirma la
pluralidad y la subjetividad de la metáfora. En la expresión artística,
la realidad nunca es definitiva sino que va haciéndose y cambiando
constantemente.
El
llamado arte moderno es una expresión perfecta de la pluralidad de
significaciones que según Nietzsche, constituye la realidad. Este arte
“incomprensible”, que ha roto los criterios clásicos de belleza, se
articula como una obra de arte nunca definitiva. La emoción que inspira
al autor no debe coincidir necesariamente con la que despierta en el
espectador. Estas pueden incluso cambiar con el tiempo. La capacidad de
suscitar emociones e interpretaciones será el criterio para valorar
una obra de arte. En la actualidad es la indiferencia lo que desvaloriza
la obra.
Este
aparente “todo vale” del arte moderno se ha expandido a todos los
ámbitos de la cultura. La cultura de masas ha apostado por la imagen en
detrimento de la palabra, de los conceptos. Esto ha supuesto junto a una
generalización de la cultura, una banalización de los productos
culturales que, para ser consumidos masivamente, deben ser simples,
fáciles y de utilidad inmediata. A su vez, esta simplificación
cultural genera en el consumidor una homogeneización del gusto y una
recepción pasiva y acrítica de sus contenidos.
En
sentido contrario los productos culturales basados en la reflexión, la
palabra, el análisis…..son denostados por los grandes propagadores de
esta cultura de masas: los medios de comunicación, en especial la
televisión. Estos productos culturales no venden, no tienen audiencia.
El tópico “una imagen vale mas que mil palabras” se ha extendido
irreflexivamente para cualquier caso.
4. EL VALOR DE LA EDUCACIÓN PARA LA CRÍTICA DE LA VIDA
La
apuesta por una educación crítica tanto por parte del alumnado como del
profesorado encuentra en el texto de Nietzsche un apoyo. La razón en la
filosofía propone no admitir acríticamente ninguna verdad aunque la
tradición, el tiempo, la mayoría, la apariencia la hayan mostrado
incuestionable. Ningún tema, por importante que sea, debe escapar al
examen de una razón intencionadamente libre de prejuicios.
También
la consigna nietzscheana sobre la alegría de vivir, no olvidando que
prioritariamente somos un cuerpo más o menos inteligente, sigue teniendo
plena vigencia: Nietzsche propone una razón que no debe esclavizar los
instintos, sino procurar satisfacerlos de la manera mas inteligente y
eficaz posible.
lunes, 6 de enero de 2014
La libertad como ser de la conciencia. Sartre
La
conciencia, que en sí no es nada, consiste, pues, sólo en una
estructura abierta, indeterminada: es, como en Heidegger, un proyecto
que ha de desarrollarse a lo largo del tiempo, es algo lanzado hacia
el futuro. Y a esto se le llama existencia. Existir es ser fuera de
sí. La conciencia no es nada antes de existir, no está sometida,
pues, a una esencia, sino que consiste sólo en existencia (como en
Nietzsche). El ser humano, por tanto, ha de hacerse a sí mismo,
definirse en su proyecto (en su estar lanzado hacia el futuro) Con
palabras de Sartre "la existencia precede a la esencia" y
"el hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente".
La
idea de que la esencia precede a la existencia procede del teísmo:
Dios ha dado la esencia al hombre, éste ha de cumplirla. Según
Sartre, la filosofía atea debe reconocer que el ser humano no está
predeterminado por esencia alguna. Si no hay Dios, no hay naturalezas
ni esencias: "No hay naturaleza humana, porque no hay Dios para
concebirla".
"El
hombre no es más que el conjunto de sus actos": si no hay
esencia, el hombre se reduce a lo que hace, a cómo existe, a cómo
configura, acto a acto, su existencia. Actos que serán totalmente
libres, porque están absolutamente incondicionados: de hecho, si
Dios no existe, todo está permitido.
Esta
propia indeterminación, esta experiencia subjetiva de que el ser
humano está siempre ya en el mundo y a la vez siempre por hacerse,
es la libertad. La libertad es la indeterminación absoluta del
proyecto, la ausencia de determinaciones esenciales. El ser-para-sí
es libre por definición: porque en-sí no es nada. La libertad es el
ser nada y tener todo por hacer. Es una libertad, pues, como la
propia conciencia, vacía, libre de fines o de valores; todo fin o
todo valor, toda manera de ejercer la libertad, ha de ser creada por
el ser humano en su existencia.
El
para-sí, por ser libre, ha de darse su esencia al existir, ha de
autorrealizarse. Esta libertad, esta indeterminación, hace al
hombre, a la vez, absolutamente responsable de su existencia, puesto
que sólo él la decide. Tarea ingrata, fuente de la angustia
existencial, y clave de la famosa frase sartriana: "El hombre
está condenado a ser libre", porque, en efecto, lo único que
el hombre no decide libremente, es ser libre.
El
hecho de proyectarse no implica que el hombre sea lo que quiera ser;
porque siempre que va a proyectarse, ya es algo, está ya arrojado en
el mundo, y, por eso, ya es responsable de lo que ha sido sin
planteárselo. Es una libertad que, por tanto, no siempre supone
decisión consciente. El proyecto subjetivo no es una planificación
racional, la libertad no siempre se ejerce conscientemente.
Por
lo demás, al decidir tu existencia no eres sólo responsable de
ella, sino de la humanidad en general, puesto que al elegirte eliges
un modelo de existencia, un modelo de hombre; luego, de alguna manera
eres el responsable de la humanidad entera: "soy responsable
para mí mismo y para todos, y creo cierta imagen del hombre que yo
elijo; eligiéndome, elijo al hombre." Puesto que el hombre
en-sí no es nada, con cada acto defines la existencia, defines lo
que el hombre es; y por tanto, eres responsable de la humanidad, es
decir, de la noción de hombre y existencia que con cada acto
configuras.
Esta
absoluta responsabilidad -que implica la absoluta libertad- es fuente
de la angustia existencial: "El existencialista suele declarar
que el hombre es angustia. Esto significa que el hombre que se
compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige ser,
sino también un legislador, que elige al mismo tiempo que a sí
mismo a la humanidad entera, no puede escapar al sentimiento de su
total y profunda responsabilidad.
La
angustia es la conciencia de la libertad.
1. Hay que distinguir entre temor y angustia. El miedo o temor es una conducta abierta a la exterioridad. Por la angustia se toma conciencia de nuestro ser. Hay dos formas de sentir miedo, pasiva y activa. En ambos casos se desarrolla una acción, un comportamiento, que siempre es una conducta de huida. Ambas conductas tienen el elemento común de una referencia a la exterioridad. No soy yo quien decide, sino otros quienes deciden por mí.
1. Hay que distinguir entre temor y angustia. El miedo o temor es una conducta abierta a la exterioridad. Por la angustia se toma conciencia de nuestro ser. Hay dos formas de sentir miedo, pasiva y activa. En ambos casos se desarrolla una acción, un comportamiento, que siempre es una conducta de huida. Ambas conductas tienen el elemento común de una referencia a la exterioridad. No soy yo quien decide, sino otros quienes deciden por mí.
En
cambio, no sucede igual en el sentimiento de la angustia. La angustia
se enraíza con la posibilidad de mi propio ser. La angustia está
inscrita en la condición humana. El hombre es angustia. Si la
libertad es la esencia del hombre y la angustia es la toma de
conciencia de la libertad, entonces la angustia está en el fondo de
nuestro ser, pues es el sentimiento de nosotros mismos, de nuestra
libertad.
2.
La angustia como Nada. El triángulo existencia-angustia-nada aparece
así en Sartre y se refleja en una sola palabra: libertad. La nada es
identificada con la libertad. La presencia de la angustia se debe,
bien a la toma de conciencia de mi libertad, bien a la captación de
la nada que soy. Nada y libertad son una y la misma cosa, a la par
que esa nada y esa libertad "no son propiedades" de la
esencia del hombre, sino su propia esencia.
Así,
1. La libertad es "nada". 2. La libertad es creación. 3.
El ser libre del hombre (su no-ser) es lo que hace que un mundo
exista. 4. La toma de conciencia de la libertad que soy, produce la
angustia.
Así
la libertad se enraíza en el absurdo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)