En cierta época compartí cuarto en una residencia estudiantil con un
intrépido estudiante de filosofía llamado Sebas. Pues ahí surgió -en nuestras charlas nocturnas- el concepto del tomacafés.
Según la RAELPG (Real Academia Española de la Lengua del Peor Guitarrista): Tomacafés: Dícese del sujeto, casi siempre de sexo masculino, que queda con chicas a tomar café y a aguantarles todas sus historias y problemas, en un vano intento de que el acercamiento entre ambos termine en algún tipo de cópula que, por la naturaleza de la situación, nunca tendrá lugar.
Así es.
El tomacafés es un ser condenado a una total abstinencia sexual, si no cambia su pauta de comportamiento. Porque, como bien apuntaba Sebas, las chicas, en cuanto empiezas a tomar café con ellas y a escuchar sus problemas, te toman por un extraño osito de peluche axexuado al que llamar cuando tienen ganas de desahogarse y necesitan a alguién que les vaya pasando los kleenex. Si en un arranque de valentía, confiesas tus verdaderas intenciones, seguramente la chica dirá que pensaba que eras gay.
Aunque parece que la mayor parte de mis lectores son lectoras -¡bien!-, o al menos las que más participan, confío en que esta teoría llegue al público masculino y más de uno recapacite. Chicos, NO SE TOMA CAFE CON LAS CHICAS, ¡ILUSOS!, nunca serán vuestras. Si hay que tomar algo, recomiendo la cerveza o los chupitos de tequila, más acordes con nuestras aviesas intenciones.
Y pensareís, ¿cómo el Peor Guitarrista sabe todo esto? Bien, porque YO FUI UNO DE ELLOS. Sí. Pero ya llevo unos años limpio, aparte de alguna recaída puntual. Me estoy planteando fundar un club, Tomacafés Anónimos, para apoyarnos los unos a los otros.
En cuanto a las lectoras, espero con impaciencia vuestros insultos y discrepancias, las leeré con atención.
Según la RAELPG (Real Academia Española de la Lengua del Peor Guitarrista): Tomacafés: Dícese del sujeto, casi siempre de sexo masculino, que queda con chicas a tomar café y a aguantarles todas sus historias y problemas, en un vano intento de que el acercamiento entre ambos termine en algún tipo de cópula que, por la naturaleza de la situación, nunca tendrá lugar.
Así es.
El tomacafés es un ser condenado a una total abstinencia sexual, si no cambia su pauta de comportamiento. Porque, como bien apuntaba Sebas, las chicas, en cuanto empiezas a tomar café con ellas y a escuchar sus problemas, te toman por un extraño osito de peluche axexuado al que llamar cuando tienen ganas de desahogarse y necesitan a alguién que les vaya pasando los kleenex. Si en un arranque de valentía, confiesas tus verdaderas intenciones, seguramente la chica dirá que pensaba que eras gay.
Aunque parece que la mayor parte de mis lectores son lectoras -¡bien!-, o al menos las que más participan, confío en que esta teoría llegue al público masculino y más de uno recapacite. Chicos, NO SE TOMA CAFE CON LAS CHICAS, ¡ILUSOS!, nunca serán vuestras. Si hay que tomar algo, recomiendo la cerveza o los chupitos de tequila, más acordes con nuestras aviesas intenciones.
Y pensareís, ¿cómo el Peor Guitarrista sabe todo esto? Bien, porque YO FUI UNO DE ELLOS. Sí. Pero ya llevo unos años limpio, aparte de alguna recaída puntual. Me estoy planteando fundar un club, Tomacafés Anónimos, para apoyarnos los unos a los otros.
En cuanto a las lectoras, espero con impaciencia vuestros insultos y discrepancias, las leeré con atención.
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