“El problema no es si nuestros deseos
son satisfechos o no, sino cómo saber qué deseamos. No hay nada natural o
espontáneo en el deseo humano. Necesitamos que se nos enseñe a desear.
Por eso, el cine es el arte perverso por antonomasia, pues no nos dice
qué desear sino cómo desear”, afirma en la película el psicoanalista y
filósofo Slavoj Zizek.
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