viernes, 5 de julio de 2013

¿Felicidad? Claro que si

Vengo pensando... de hace mucho tiempo, que la felicidad es apenas un silencio donde nuestra alma encaja por un momento, tan fugaz, con el resto del universo; la vida deja de tener sentido porque es el justo momento donde olvidamos que puede tenerlo, al estar, enfocados en disfrutar de ese cometa lejano y blanco: la felicidad.

También he pensado que la vida misma, cualquier cosa que esta sea o signifique, es felicidad pura y discreta, una gota de esencia que perfumaria todo el oceano... así nacemos todos, sin prejuicios, sin valores morales, pequeños e indefensos, pero tan felices, basta con ver a los niños que vibran y necesitan saltar y acabarse como si fueran dulces de piñata, su felicidad, ellos, los comprendo ahora, necesitan ser felices, no pueden no serlo, están tan desbordados que nos terminan contagiando de su felicidad o recordando que adentro de nosotros, acurrucada y escondida, como si fuera una criminal imperdonable le contruimos un castillo para su carcel y barrotes de estres para su prisión perpetua, a la felicidad... pobre de ella que ayende brincaba de girasol en girasol, de cartucho a geranios, de petunias a violetas y sin previo aviso pasaba a la cocina por un poco de galletas de chocolate o de una probadita de la masa para algún pastel.

Debe ser compromiso nuestro ser siempre niños, siempre ellos con una imaginación que tuve me enseñan que no sirve de nada destruir un castillo de carcel, porque el que rompe sus cadenas no entiende la libertad, porque el secreto es ver, observar que nosotros mismos nos contruimos a nuestras propias espaldas las carceles y artilugios de tortura para nuestra felicidad, por eso es imposible que nuestra dicha dependa de alguien más, y cierto es que no puede amar quien no se ama a sí mismo, porque no tiene nada que ofrecer, pero no porque en realidad no lo tenga, sino poque padece mas de olvido que de dicha. Este es un planeta de la desmemoria, de un tapón de sal seco al sol del desierto, que sólo el agua tibia podria diluir y dejar que entre el aire fresco y sincero de todos los amaneceres que nos perdemos por buscar la chispa con la que nacemos en otra persona, en un coche nuevo o una casa, o mucho dinero, ya todos saben que un hogar no lo hacen cuatro paredes, y dos, ni una sola, sino un corazón que crece para ser mas niño y comparte la alegría de sonreir y de vivir... porque sí, y por qué no?

La felicidad nadie me la quita y nadie me las espanta porque ultimamente a pesar de lo que escribí, ya tiene otra forma, uno con cejas y ojos atentos, con brazos suaves y pequeños, con voz y todo, de esas voces que sin verlo venir te dicen: ¡ te quiero mama !

No hay comentarios:

Publicar un comentario