sábado, 20 de julio de 2013

¿Amor o miedo?

El amor engrandece, no juzga, ve con lucidez, fluye, da vida...

Su opuesto no es el odio, sino el miedo. Donde hay miedo hay ausencia de amor.

El miedo trae celos, ira, desconfianza, sentimiento de amenaza, preocupación por la pérdida, creencia de posesividad de una persona (cosificándola), desorden, caos, error, acciones precipitadas, desatinos, dolor de cabeza y de estómago, lucha contracorriente, falta de visión, obcecación, obsesión, persecución, exagerada introversión, fiscalización...

¿Por qué cuando sentimos y manifestamos todos estos "horrores" aún creemos que estamos queriendo a alguien, que estamos defendiendo un supuesto amor?

Estamos aterrados, cagados de miedo, enajenados, locos y estamos siendo muy muy pequeñitos, denigrando nuestra persona y empequeñeciendo a quien se deje contagiar.

No insultemos un sentimiento tan bello, no nos insultemos a nosotros mismos.
No nos tengamos en tan poca cosa.

Abrámonos a algo más grande, con vida propia, que no sigue las leyes mentales, el amor es así, y no pertenece a nadie. Si lo permites te habita; si insistes en torturarte, no permites que asome. El consuelo es que siempre está dentro de ti, esperando que lo sientas fluir por tus venas y recuerdes quién eres. Esperando que dejes de mirar el punto fijo enfrente para cerrar los ojos y relajarse por un momento, mirar hacia dentro... entonces te engaña, te pilla despistado y corre como agua cantarina por todo tu cuerpo, tratando de inundar de sensaciones tu mente antes de que la Jefatura de la Fiscalía Mental se haga cargo de nuevo y vuelva la rigidez corporal, y el sentimiento de júbilo, dicha, enamoramiento por la vida por puro derecho de haber nacido y ser... vuelve a estancarse, colapsarse, caer gota a gota hasta... en el peor de los casos... secarse.

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