Pues sí, aquí estoy de nuevo frente a ti. Sacando
ideas y sentimientos, como un traductor, como un espejo, como un
extractor.
Trazando figuras amorfas de lo que mi mente captura, en un vaivén
de destellos que amenazan mi razón.
Cuestionamientos que no conocen límites en número y proporción.
Que me hacen sentir viva, palabras al fin, sin alguna pretensión.
Pues... no pretendo que me entienda entidad alguna, fuera de ti y
de mi. Que nuestra simbiosis es absoluta y no permite intromisión.
Aquí estoy, como ayer, como siempre. Necesitando de ti,
recurriendo a ti, volcándome a ti.
Que me puede faltar el aire, y aún así... seguiría buscándote
dentro de mí.
A quien le explico lo que significas, lo que vales, lo que me
haces sentir
A quien le cuento que contando contigo hago cuentos sin fin
A quien le importa lo que traigo dentro, si lo traigo por ti
A quien le escribo que entienda lo que siento, lo que cuento... si no es a ti.
A quien le cuento que contando contigo hago cuentos sin fin
A quien le importa lo que traigo dentro, si lo traigo por ti
A quien le escribo que entienda lo que siento, lo que cuento... si no es a ti.
Mis propias letras alinean la figura de mi rostro, que nada tiene
que ver con lo que los demás alcanzan a ver o adivinar de mi.
Que cosa tan simple y tan compleja que aguza mi sentir.
Solo tú, nadie más que tú, que dejas pasar las palabras como
agua de río y te quedas con lo que te hace sentir. Que no juzgas las
líneas, los verbos, que entiendes que lo escrito con el alma se lee
con el corazón. Que no hay palabra gris ni de más, que cada línea
tiene un sentido implícito, en un desesperado intento de mostrar
algo más que lo que entiende la razón.
Pues sí, hoy de nuevo aquí... con las manos llenas de
intangibles para dar, que por ser intangibles tienen tanto valor,
pues me definen, me tienen, me llenan, y dan sentido a mi vivir.
Que no soy tan pequeña como el espejo dice, que mi alma rebasa mi
humanidad, que no pretendo detenerla, ni limitarla.
Si todos pudiéramos ver así, si no fuéramos tan necios y tan
simples. Tan arraigados y aferrados, tan conformes y cuadrados.
Si pudiera contagiarles que para verme tal como soy, no necesito
un espejo, basta con cerrar los ojos, contemplarme.
Que lo realmente importante no está en la genética o en la
biología, o en el poder de atracción... lo realmente importante,
está en la pureza del alma y lo afín que la mantengas
maravilloso y perfecto.
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