No es una pregunta descabellada porque aunque la vida se prolongue
cada día más, si existe alguna certeza en este mundo, una de ellas es el
hecho ineludible de la muerte.
Sin embargo es algo que preferimos ignorar e imaginar que siempre le
va a pasar a otro, pero nunca a nosotros y nos aferramos a la idea de
eternidad postergando nuestras decisiones para más adelante; porque
según sea nuestra cosmovisión o filosofía de la vida así será nuestra
conducta.
Si no es hoy, cuándo?, porque nadie puede estar seguro de ver el sol al día siguiente.
Cuántas veces postergamos nuestros proyectos por miedo al fracaso?
Este hecho también se relaciona con nuestra forma de pensar; si creemos
que las cosas se miden solamente en términos de éxitos y fracasos.
Los valores son subjetivos y cada persona le da importancia a cosas
diferentes. Si los valores que defendemos son exclusivamente
materialistas tendremos una conducta apropiada a esa forma de ver las
cosas.
Los hombres turcos pertenecen a una cultura que valora en primer
término la sexualidad. Si por alguna razón su potencial se viera
menguado, significaría el fin de todo interés por la vida. No pueden
ver más allá de sus genitales.
Lo mismo ocurre con los deportistas famosos que monopolizan toda su
existencia a la práctica de un deporte que además de proporcionarle
grandes esfuerzos y alguna satisfacción les brinda grandes ingresos,
pero que ni bien comienzan a perder eficacia se derrumban en un pozo
depresivo, sin ver más allá de la trayectoria de una pelota.
Mientras nos aferramos a nuestros pequeños mundos e intereses más o
menos satisfactorios, cuántas cosas dejamos de lado que también alguna
vez quisimos hacer?
Entonces ponemos excusas, todavía es demasiado pronto, es demasiado caro, es demasiado arriesgado.
El exitoso teme que lo olviden si se toma unas largas vacaciones, por
eso trabaja incansablemente para aprovechar su tiempo de vida deportiva
útil sin tomarse un descanso.
No hay que abandonar un éxito jamás porque trae mala suerte dicen
muchos, pero también uno se puede morir y el éxito deberá ser abandonado
forzosamente.
Sin embargo, aunque sea difícil de creer, la conciencia de la muerte le da sentido a la vida.
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