lunes, 12 de agosto de 2013

El día que Nietzsche lloró

“Yalom plasma en su obra la dualidad entre sus dos grandes pasiones. Ha nutrido su oficio de la literatura y como contrapartida crea literatura a partir de éste. Si hay un verdadero protagonista en esta novela sin duda es el diálogo, centrado en la idea de la angustia, esa presión en el pecho que es el peso de los días de una vida no vivida.
 
Notas acerca del autor

Irvin D. Yalom (Washington, 1931) es un psiquiatra de renombre internacional tanto fuera como dentro de la profesión. Su libro “Teoría y Práctica de la Psicoterapia de Grupo” ha sido el manual de referencia para varias generaciones de terapeutas desde que se publicara en 1970. El doctor Yalom atribuye el éxito de este texto al hecho de que, trufado de viñetas clínicas e historias personales: “se puede leer como una novela”. Hijo de emigrantes rusos, supo desde muy joven evadirse de su conflictivo barrio natal por medio de la lectura. Según cuenta él mismo, escogió los estudios de Medicina por ser la mejor forma de acercarse a esas historias humanas con las que, de la mano de Tolstói y Dostoyevski, había crecido.
A lo largo de su formación y posterior práctica clínica nunca perdería su afán por conocer el drama personal que espera a ser desplegado tras cada paciente. Yalom, terapeuta existencialista, ha nutrido su oficio de literatura, y como contrapartida crea literatura a partir de éste, inspirándose en sus muchas horas de asistencia. Se inició en la narrativa con “Verdugo del amor y otras historias de psicoterapia”. Posteriormente abundaría en el esquema con “Desde el Diván”, “Terapia a dos voces” o “Mamá y el sentido de la vida”. La presente obra constituye su primera novela, y en ella nos propone un viaje a la Viena de finales del siglo XIX para asistir al fértil encuentro entre dos hombres que, en realidad, jamás se conocieron.

La desesperación como síntoma

Cierto día, las vacaciones del doctor Joseph Breuer se ven interrumpidas por la petición atípica de una atípica mujer. Lou Salomé, espíritu libre, inteligencia cortante, le ruega que examine a uno de sus amigos, quien se encuentra sumido en la desesperación. Aparentemente el profesor Friedrich Nietzsche se duele de un sinfín de achaques físicos que lo llevan a peregrinar de médico en médico sin hallar remedio. Sin embargo, el doctor Breuer no deberá sanar el cuerpo del desconocido paciente. Empleando éste como oculto pretexto, habrá de ahondar en la verdadera herida del filósofo, la cual reside en su espíritu y le empuja hacia el suicidio.
El doctor Breuer se mostrará reticente. No existe solución médica para los problemas del alma, ya sean desesperanza o desamor. Pero su reputación le precede. A los oídos de esta mujer desconocida ha llegado la noticia de una cura novedosa, aplicada por el propio Breuer en un caso de histeria, oculto bajo el pseudónimo de Anna O. Incapaz de negarse y atraído por la fuerte personalidad tanto de Salomé como la de su futuro paciente, el doctor Breuer asumirá la tarea de diagnosticar –y acaso tratar- la dolencia del alma de este hombre, que en palabras de su protectora: “carga con el futuro de la filosofía alemana”.
De la mano del doctor Breuer y su joven discípulo, Sigmund Freud, asistimos a la urdimbre de una red capaz de atrapar los desvelos de Nietzsche, hombre taciturno y atormentado que sólo por engaños accede a pedir consejo médico. Desempolvarán para ello las enseñanzas de aquel extraño caso, la cura de Bertha, de Anna O., que tan honda impresión causó en el doctor Breuer y que supondrá pasados los años el nacimiento del corpus psicoanalítico. Pero, a medida que se sucedan los encuentros entre Nietzsche y Breuer, el filósofo irá mostrando los retazos de su original pensamiento. Las preguntas se harán cada vez más penetrantes y osadas, dirigiéndose en ambas direcciones en una lucha de voluntades encubiertas.
La cura por la palabra
Si hay un verdadero protagonista en esta novela sin duda es el diálogo. Valiéndose de un estilo cuidado, directo e imbuido de un ritmo que invita a la intriga, Yalom nos conduce al verdadero encuentro entre dos seres dolientes. Doctor y profesor exponen sus heridas buscando en el otro el alivio de la comprensión. Pero el diálogo, como pronto advertirán ambos, es más que entendimiento. Es descubrimiento, responsabilidad. Es más: dolor, un dolor que obliga al cambio. Tendremos por un lado a Nietzsche, enarbolando a través de sus argumentos lo que resulta no ser enfermedad, sino la desesperación sobria y consciente de quien ha elegido el camino de la verdad, sin concesiones a sí mismo. Y por otro a Breuer, que  invirtiendo su papel original pasará a ser objeto de las enseñanzas del filósofo, abriendo los ojos a los orígenes de su propia angustia. Descubrirá el miedo a la libertad, a sus propios deseos. Los verá ahogados bajo la excusa de una vida ordenada y sometida al cumplimiento del deber, a imagen y semejanza de la sociedad de su época.
A través de este diálogo, construido con erudición, tendremos el privilegio de recorrer uno de los periodos más productivos del pensamiento europeo, así como asistir al nacimiento de una nueva disciplina: la cura por la palabra, la psicoterapia. Reconoceremos en las reflexiones de Freud, de Breuer o del propio Nietzsche, elementos clave en la terapia como son la transferencia, la contratransferencia, el papel de los síntomas como portadores de un mensaje o la necesidad de revisión personal por parte del terapeuta. Las líneas básicas del pensamiento Nietzscheano, por otra parte, se exponen con claridad y constituyen un sorprendente punto de encuentro entre medicina y filosofía. En su seno nace el compromiso profundo con una dolorosa realidad, expuesta por Yalom de forma sincera, casi descarnada. El tiempo se nos acaba, y ello nos obliga a actuar como si fuéramos libres. Y sólo nos quedará aprender que el dolor del alma no requiere de curas misteriosas, sino de acciones valientes, pero mundanas. Y que su fin comienza –sólo comienza- con el descubrimiento sangrante, pausado y liberador de que todo ese dolor, por infernal que parezca, es tan sólo humano, demasiado humano.

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