Notas acerca del autor
Irvin D. Yalom (Washington, 1931) es un psiquiatra de renombre
internacional tanto fuera como dentro de la profesión. Su libro “Teoría y
Práctica de la Psicoterapia de Grupo” ha sido el manual de referencia
para varias generaciones de terapeutas desde que se publicara en 1970.
El doctor Yalom atribuye el éxito de este texto al hecho de que, trufado
de viñetas clínicas e historias personales: “se puede leer como una
novela”. Hijo de emigrantes rusos, supo desde muy joven evadirse de su
conflictivo barrio natal por medio de la lectura. Según cuenta él mismo,
escogió los estudios de Medicina por ser la mejor forma de acercarse a
esas historias humanas con las que, de la mano de Tolstói y Dostoyevski,
había crecido.
A lo largo de su formación y posterior práctica clínica nunca
perdería su afán por conocer el drama personal que espera a ser
desplegado tras cada paciente. Yalom, terapeuta existencialista, ha
nutrido su oficio de literatura, y como contrapartida crea literatura a
partir de éste, inspirándose en sus muchas horas de asistencia. Se
inició en la narrativa con “Verdugo del amor y otras historias de
psicoterapia”. Posteriormente abundaría en el esquema con “Desde el
Diván”, “Terapia a dos voces” o “Mamá y el sentido de la vida”. La
presente obra constituye su primera novela, y en ella nos propone un
viaje a la Viena de finales del siglo XIX para asistir al fértil
encuentro entre dos hombres que, en realidad, jamás se conocieron.
La desesperación como síntoma
Cierto día, las vacaciones del doctor Joseph Breuer se ven
interrumpidas por la petición atípica de una atípica mujer. Lou Salomé,
espíritu libre, inteligencia cortante, le ruega que examine a uno de sus
amigos, quien se encuentra sumido en la desesperación. Aparentemente el
profesor Friedrich Nietzsche se duele de un sinfín de achaques físicos
que lo llevan a peregrinar de médico en médico sin hallar remedio. Sin
embargo, el doctor Breuer no deberá sanar el cuerpo del desconocido
paciente. Empleando éste como oculto pretexto, habrá de ahondar en la
verdadera herida del filósofo, la cual reside en su espíritu y le empuja
hacia el suicidio.
El doctor Breuer se mostrará reticente. No existe solución médica
para los problemas del alma, ya sean desesperanza o desamor. Pero su
reputación le precede. A los oídos de esta mujer desconocida ha llegado
la noticia de una cura novedosa, aplicada por el propio Breuer en un
caso de histeria, oculto bajo el pseudónimo de Anna O. Incapaz de
negarse y atraído por la fuerte personalidad tanto de Salomé como la de
su futuro paciente, el doctor Breuer asumirá la tarea de diagnosticar –y
acaso tratar- la dolencia del alma de este hombre, que en palabras de
su protectora: “carga con el futuro de la filosofía alemana”.
De la mano del doctor Breuer y su joven discípulo, Sigmund Freud,
asistimos a la urdimbre de una red capaz de atrapar los desvelos de
Nietzsche, hombre taciturno y atormentado que sólo por engaños accede a
pedir consejo médico. Desempolvarán para ello las enseñanzas de aquel
extraño caso, la cura de Bertha, de Anna O., que tan honda impresión
causó en el doctor Breuer y que supondrá pasados los años el nacimiento
del corpus psicoanalítico. Pero, a medida que se sucedan los encuentros
entre Nietzsche y Breuer, el filósofo irá mostrando los retazos de su
original pensamiento. Las preguntas se harán cada vez más penetrantes y
osadas, dirigiéndose en ambas direcciones en una lucha de voluntades
encubiertas.
La cura por la palabra
Si hay un verdadero protagonista en esta novela sin duda es el
diálogo. Valiéndose de un estilo cuidado, directo e imbuido de un ritmo
que invita a la intriga, Yalom nos conduce al verdadero encuentro entre
dos seres dolientes. Doctor y profesor exponen sus heridas buscando en
el otro el alivio de la comprensión. Pero el diálogo, como pronto
advertirán ambos, es más que entendimiento. Es descubrimiento,
responsabilidad. Es más: dolor, un dolor que obliga al cambio. Tendremos
por un lado a Nietzsche, enarbolando a través de sus argumentos lo que
resulta no ser enfermedad, sino la desesperación sobria y consciente de
quien ha elegido el camino de la verdad, sin concesiones a sí mismo. Y
por otro a Breuer, que invirtiendo su papel original pasará a ser
objeto de las enseñanzas del filósofo, abriendo los ojos a los orígenes
de su propia angustia. Descubrirá el miedo a la libertad, a sus propios
deseos. Los verá ahogados bajo la excusa de una vida ordenada y sometida
al cumplimiento del deber, a imagen y semejanza de la sociedad de su
época.
A través de este diálogo, construido con erudición, tendremos el
privilegio de recorrer uno de los periodos más productivos del
pensamiento europeo, así como asistir al nacimiento de una nueva
disciplina: la cura por la palabra, la psicoterapia. Reconoceremos en
las reflexiones de Freud, de Breuer o del propio Nietzsche, elementos
clave en la terapia como son la transferencia, la contratransferencia,
el papel de los síntomas como portadores de un mensaje o la necesidad de
revisión personal por parte del terapeuta. Las líneas básicas del
pensamiento Nietzscheano, por otra parte, se exponen con claridad y
constituyen un sorprendente punto de encuentro entre medicina y
filosofía. En su seno nace el compromiso profundo con una dolorosa
realidad, expuesta por Yalom de forma sincera, casi descarnada. El
tiempo se nos acaba, y ello nos obliga a actuar como si fuéramos libres.
Y sólo nos quedará aprender que el dolor del alma no requiere de curas
misteriosas, sino de acciones valientes, pero mundanas. Y que su fin
comienza –sólo comienza- con el descubrimiento sangrante, pausado y
liberador de que todo ese dolor, por infernal que parezca, es tan sólo
humano, demasiado humano.
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