sábado, 8 de junio de 2013

Suicidio


Concepto tan polémico que ha sido debatido por autores importantes como G. Minois, E. Cioran, A. Shopenhauer y Paul-Ludwig Landsberg. Desde siempre los suicidios han chocado por la brutalidad que han sido realizados y las causas a veces absurdas. Nunca la humanidad ha podido entender plenamente el concepto de suicidio, enseñando más bien un constante desprecio, miedo, lastima o indiferencia ante este. Si el suicidio es condenado significa que no esta en concordancia con cierta moral que no lo tolera. La intolerancia de esta moral puede a veces una justificación elaborada puramente de modo racional (ejemplo Kant), otras veces una justificación religiosa o simplemente los sentimientos del hombre que reacciona ante esta.
Los existencialistas como E. Cioran veían en el suicidio la única oportunidad de escaparse de la detestada angustia de la vida en la que estamos presos todos y de la cual nos podemos liberar solo al morir. La vida no es nada mas que una larga cadena de sufrimientos y decepciones y los que tratan de encontrar su parte buena no hacen otra cosa que mentir. De esta premisa parten los existencialistas en su intento de justificar la "ultima solución". Por ejemplo Cioran escribe "signos de la vida: crueldad, fanatismo, intolerancia; signos de decadencia: bondad, comprensión, compasión...". Partiendo de este tipo de premisas parece evidente que los que encuentran en el suicidio la única salvación justificaran el suicidio como uno necesario, individualista cuya responsabilidad les pertenece integramente. 
¿El suicidio un problema moral? Landsberg sostiene que el suicidio como hecho moral existe y su presencia es sentida profundamente. El suicidio es algo cotidiano en el mundo. En cualquier lugar del mundo, en la prensa hablada o escrita se precisan frecuentemente casos de suicidio. Ante este fenómeno se remarca visiblemente el argumento en contra de las personas que se suicidan y que es compartido por la mayoría de la gente. La gente juzga el suicidio como un acto de cobardía ante las dificultades de la vida. La objeción de Landsberf es que "la manera de morir de Cato, Hanibal y Brutus, Mitridate y Seneca, la muerte de Napoleon dificilmente podríamos considerarlos actos de cobardía. Con certeza existen muchas mas personas demasiado cobardes incapaces de suicidarse que personas que se matan por ser cobardes". Esto sin embargo no significa que Landsberg sostiene el suicidio como un acto heroico o que legitima el suicidio para un  propósito noble. Sólo quiere enseñarnos que el suicidio no tiene que ser visto siempre como un acto de cobardía y que la mayoría de las veces existen otras causas. La implicación moral del suicidio pone en discusión el concepto de libertad del hombre. La libertad entendida de modo equivoco según Landsberg puede crear la impresión de omnipotencia en el hombre. En virtud a esta libertad y midiendo los límites de esta, algunos pueden suicidarse. Un ejemplo de este caso es el personaje Kirilov que quiere suicidarse para demostrar la libertad absoluta del hombre. Considerandose su propio dueño cae ante la moral. Si es libre de modo absoluto significa que la moral cristiana no tiene nada que ver. Dios no lo puede castigar por que ha sido un acto de libertad. Sí Dios le ha dado la libertad también le ha dado el derecho sobre su vida. El suicidio tendría un carácter inmoral hacia el sentido común. Existe la idea que el suicidio es un acto contra la naturaleza humana; el hombre por su naturaleza trata de luchar y sobrevivir, hacer instintivamente todo lo posible para mantener segura su vida. Así es que estamos ante un instinto innato de la vida. En el momento que la mayoría poseemos este instinto realizamos que el suicida tiene constantemente una reacción negativa ante este. En estas situaciones se puede hablar de una moral innata sobre el suicidio, moral que juzga espontáneamente. 


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