Saramago decía que nosotros no tomamos las decisiones, sino que ellas nos toman a nosotros. Cuando miramos hacia atrás a menudo llegamos a la conclusión de que no podíamos haberlo hecho de otra manera. Es una situación en que el cuerpo esta bajo la influencia de muchas y sutiles fuerzas y su composición analizada tiene efectos como: trayectoria, velocidad, aceleración, fuerza, etc. El cuerpo físico es un modelo muy aproximado de lo que está en la mente de un hombre enfrentado con una decisión y decimos lo que él diría si tuviera voz: "no hay otra manera". Eso en el caso de que miramos nuestro pasado.
Sin embargo podemos mirar el de otra persona. Cuando se trata de los demás, notamos antes que se encuentran atrapados en jaulas, que pierden su vida o que persevera en el error. Juzgar de esta manera es imponer su propio punto de vista sobre una situación que no conoces y es incompleta. En lo que nos pertenece nos gusta pensar que la vida se basa en una decisión asumida. Hay aquellos que realmente se dan cuenta de que están atrapados o prisioneros y quieren salir de allí. Ellos, más que otros pueden detenerse un momento para reflexionar sobre las palabras de Saramago: tomaran una decisión o la decisión la tomará a ellos? Y si lo hacen será libremente?
He llegado a la conclusión que muy pocas veces tomamos nosotros las decisiones, sino que la mayoría de las veces nos toman ellas a nosotros. Nosotros tomamos las decisiones cuando ya no tenemos nada que perder cuando el mundo se derrumba alrededor, cuando estamos detrás de la pared, cuando las fuerzas que definen el objeto ya no existen. Cuando somos libres y vivos. La vida, según Sartre comienza más allá de la desesperación. Hasta entonces estamos sujetos a las fuerzas de los objetos, que son las que toman las decisiones.
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