Solteros,
radicales y líderes de un movimiento filosófico, Jean -Paul Sartre
y Simone de Beauvoir han definido la pareja intelectual de la nueva
generación de la posguerra. La feminista que firmó el ,,segundo
sexo,, y el filósofo existencialista eran socios no solo en la cama,
sino también en el pensamiento. Es cierto que no vivieron juntos,
llevaron vidas independientes, pero a lo largo de la vida llegaron a
formar una especie de matrimonio sentimental. Su relación, mezcla de
poligamia y abusos sexuales, ha tenido muchas controversias. Pero los
siguientes ejemplos tampoco están lejos. Que otros grandes
pensadores han compartido no sólo la cama sino también la pasión
por las letra y las ciencias?
"Era
un gran hombre, cuyo mayor defecto era que se trataba de una mujer",
escribía Voltaire acerca de Émilie du Châtelet, que fue durante
muchos años su pareja. En ese momento el papel de la mujer no era
entre los libros, pero Émilie no aceptó ser dejada de lado sólo
por el sexo. Matemático, físico y escritora, que estaba casada,
pero eso no le impide que ella tenga un largo romance con Voltaire.
Los tres vivían en el castillo Château de Cirey donde Émilie y
Voltaire compartían una biblioteca de más de 21.000 títulos y
donde pasaron tiempo discutiendo, debatiendo y estudiando la
metafísica, la filosofía, la historia y la religión. Cuando ella
murió, Voltaire confesó a un amigo que "no ha perdido una
amante, sino la mitad de sí mismo, un alma que parecía haber sido
creado para su alma." Nacido en 1706, Émilie tuvo la suerte de
una mente brillante, de una inteligencia innata. No sólo ha
traducido del latín al francés "Principia" de Isaac
Newton, sino que también ejemplifica los argumentos geométricos
utilizando un lenguaje más accesible de cálculo matemático.
También tuvo la suerte de que el padre le permitió usar su mente.
No mucho, pero mucho más de lo que se les permitían a las mujeres
en aquel tiempo. No fue enviada al monasterio, era rica y podía
permitirse el lujo de comprarse los libros y estudiar. Y, por último,
encontró un marido que no le molestaba sus escapadas amorosas o su
interés en la ciencia y la cultura, ni la cantidad de sus
admiradores. Hoy en día esto podría pasar como un insulto, pero en
aquel momento en que ningún hombre encontraba la compañia
intelectual de una mujer satisfactoria era un gran complimento.
Una
de las historias más comentadas del siglo pasado sigue siendo el
amor de Martin Heidegger y Hannah Arendt. La joven estudiante de 19
años es seducido por el filósofo alemán 17 años mayor que ella, y
su historia emocional alcanza más de 40 años, hasta la muerte de
Heidegger. No le importo que el estaba casado, que era su maestro y
que tenía dos hijos. Estuvieron juntos durante cuatro años, hasta
que la guerra y las ideologías políticas los han separado. Ella era
judía y el se unió al partido nazi, una decisión que le costaría
muy caro después. Sin embargo, después de la guerra, Hannah fue la
única que le apoyó públicamente. Los dos reanudar su
correspondencia, aunque Heidegger se hizo más irascible, celoso de
su éxito, según dicen algunos historiadores. Aunque el amor ya no
era correspondido, se quedo a su lado hasta la muerte.
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